Vomitface - Hooray For Me

Tras presentar sus credenciales con dos EP's, a Vomitface le ha llegado la hora de debutar en formato largo, y lo hacen por todo lo alto con "Hooray For Me", disco editado por Help Yourself Records y grabado por el mismísimo Steve Albini, con diez temas en su haber que siguen sin salirse de los cánones del rock, garage y grunge oscuro a los que ya nos tienen tan mal acostumbrados.

Un viejo conocido por estos lares, 'Senior Pictures', se encarga de traer de vuelta el grunge de Nirvana, no sin antes darnos los típicos avisos sonoros, a través de la guitarra de Jared, el bajo de Keller y la batería de Preetma, de que algo chungo se está cociendo desde su querida Toronto, manteniéndose los mismos durante el tema para descolocar más todavía los derrames depresivos procedentes de la voz de Jared, mirándose en el espejo de Kurt Cobain, los cuales se van intoxicando de la desazón de lo que se supone que debería haber sido Escuadrón Suicida, aquí bajo el nombre de 'Slow Learner', transitando todos los miembros por parajes hilarantes del rock, estallando al unísono bajo el brote psicótico que sufren, el cual se aferra al garage como un clavo ardiendo.

'Dramamine' calma los ánimos con un ritmo apaciguado por el dolor sufrido, el cual resultaría atronador si se expusiera de forma que el ruido eléctrico estuviera anclado en su base, contando con unos coros que lo van excitando de sobremanera, hasta el punto de meterse de nuevo en la piel de los de Aberdeen, como 'If Then', aunque esta en modo trovador disfuncional, con un sonido venido de la fábrica de Menace Beach, con una lírica a degüello con sus valores reales, torciéndose todo más en 'It's Me', la cual aparece en escena con un tono vocal de lo más ido, licenciándose en damnificación mental en primer grado, el más alto nivel, motivo de celebración en 'Et Cetera', y es que, aunque esto parezca increíble, ellos se encuentran en su hábitat natural sonando rudos, directos y sin pelos en la lengua.

La sangre corre por 'Fat Witch', dejando que el mal logrado Kurt se acerque a los vocales que poblan las bandas de metal, mientras la rueda de garage y punk gira a su favor, llegando a asentarse el fuzz de Ty Segall y sus colegas The Muggers en 'Chew Toy', lo que desata la ira al micrófono de un Jared enfurecido por no obtener reconocimiento ninguno, con la reverberación causando daños colaterales aka 'Wait', donde el miedo por ello es tan palpable que parece que de un momento a otro van a guardar sus instrumentos en sus respectivas carcasas y van a dejar de hacer música, aunque 'Eastern Bloc Party' tiene la última palabra, aumentando la intensidad eléctrica hasta dejarlos sin razón y volverlos a llevar de vuelta al psiquiátrico de riffs sin sentido cargados de tenebrosidad que provocan la desconexión del cerebro con respecto al mundo real.