Sandré - Ave Muñón

Si el año pasado Sandré daban las campanadas con el single 'No', ahora hacen lo propio con su LP debut "Ave Muñón", publicado a través de un ménage à trois constituido por Mama VynilaBCore y Snap! Clap! Club, en donde el cuarteto barcelonés abre su imperio punk con la alucinógena 'Lo Tengo Todo', sacando Rosa un empoderamiento femenino lírico que cuenta con los coros de Stefania, lo que, sumado al tema enunciado anteriormente, les convierte en una riot grrrl band de referencia que osa a ganarle al capitalismo, haciéndolo de momento por goleada, y es que aquí hay hechos, acciones y verdades como puños, que actúan en consonancia con la forma de vivir la vida del mundo en general, en post de lo que ha sido la lucha del punk por salir adelante, rematando la jugada una 'Potu' que se entretiene con las patochadas típicas con las que la gente, encima, está por la labor de perder la cabeza.

'Te Debo Pasta' es un marcaje férreo de las cuerdas a las estrellas del rock, no quedando títere con cabeza, imaginándose a su vez cómo sería el reality de las leyendas de dicho estilo, pero cuando el título del tema se repite sin cesar, la sensación que queda es de que todas sus particularidades atienden a temas económicos y de permanecer en el candelero, más que a estar forjados en sus personalidades, aberración con la que 'Diòxid De Carboni' se pone a tono y así volver a degollar con las cosas de su día a día, poniéndose serios en 'Bullying', y reflejar que nadie está libre de sufrirlo esté en la situación que esté y se dedique a lo que se dedique.

'Mes Ràpid Et Mors' tira de una batucada tropical modosita que está en clara contraposición con respecto a los riffs, los cuales ciegan su vista sobre un garage de estallidos stoner que se producen con cada subida vocal, sucediendo con una frecuencia diábolica para acabar con su sonoridad favorita en alto, compinchándose con el letrero de la canción para ver quién es capaz de aguantar el envite, todo ello mientras se instalan en un pogo siguiendo las directrices de 'Rància', cuyos gritos de niña pequeña eclipsan cualquier teoría democrática de protagonismo, de ahí que se repitan en 'Gina Thorstensen', aunque aquí los mismos son fruto de la frustración sentida por la ilustradora, mismo sentir en 'Fracaso', que es la contraposición jerárquica a la sociedad perfecta que siempre se va a suponer pero nunca va a llegar a existir, de ahí que 'Rolls Royce' utilice ese amasijo de hierro psicodélico fascinado por LSD, para provocar que sus comentarios, al borde de un ataque de nervios, atiendan esa parte de si mismos que quiere dar una hostia encima de la mesa y así volver a los tiempos en los que la lucha se cimentaba desde un sentimiento de derrota común.

📷 Marc Oller Sanchez