STONE

Liverpool vuelve a poner un nombre en lo más alto de ese apartado por el que siento verdadera devoción, New Band To Watch, y es que STONE lo tienen todo para golpear la escena inglesa, europea y mundial, gracias a sus directos, inverosímiles y energéticamente cargados hasta los topes, con una irreverencia lírica que sumada a la instrumentación, transmite una de esas buenas juergas que ya nos vamos mereciendo, con 'Leave It Out' a la cabeza, enarbolando un post-punk contencioso, el cual enseguida se ve acrecentado por un garage al que le persiguen los fantasmas vocales de su frontman, Finlay Power, el cual termina por desmadrarse cuando Elliot Gill a la guitarra, Sarah Sandwich al bajo y Alex Smith a las baquetas, lanzan un órdago estilístico a base de rock, fuzz y unos riffs que se los llevan los demonios hasta bien pasada la madrugada, donde espera 'Let's Dance', última bala de rock stonerado que recita el camino de una resaca macerada en alucinaciones accidentadas de spoken word, disparando sus últimos apegos distorsionales junto a una 'FUSE' que roza un agotamiento social que les hace estar mas cerca de los suyos.