SNEERS. - Tales For Violent Days

El caso de SNEERS. es de esos que se fomentan desde la voz más que desde la instrumentación, aunque esta última engancha tanto o más cuando se entremezcla con el micrófono de M. Greta Blaankart, enrevesando la italiana un sentido gótico que ella misma condecora también a la guitarra y al piano, llevando el ritmo su álter ego Leonardo Oreste Stefenelli, encargado de los sintes, perscusiones y baquetas, debutando juntos con el álbum "Tales For Violent Days", via God Unknown Records, sonrojando al personal con su primer envite, 'For Violent Days', en el que ambos se aislan del mundo para traernos sus danzas personales, cura de su parte más oscura, sostenida en una creciente subida del alma a un cielo que necesita del fuego para cerrar el círculo y dejar partir sus demonios, amor-odio que no olvida 'Ode To The Past', donde la cantante muestra su rotura, replicada por un delay que se adelanta al recorrer su subconsciente y desentrañar el laberinto de sus pensamientos, arrojando 'Black Earth Shining' una perspectiva que vuelve a traer de nuevo ese estado de desconexión con ellos mismos, reconciliando su cabeza y cuerpo, abandonándose a su suerte para cortejar un más allá que cada vez está más del lado de 'Lies For Young Men', la cual descarga una ira de fuzz industrializado que no es capaz siquiera de calmar sus instintos primarios.

'As Old As The Gulf War' es caldo de cultivo para conseguir una liberación, desgarradora, sí, y dolorosa también, aunque de lo más gratificante se produce al abrirse ante sí el paraíso, momento para que 'I Will Feel You' amplifique la catarsis empírica casi acapela que recrudece su propuesta hasta hacerla impenetrable, marcha de Seman Santa que se vacía por dentro junto con 'A Fate Worse Than Death', depositando sus esperanzas entre la constante de los tambores y el poder del ritmo, desbordamiento de sentimentlismo aquejado por los achaques reiterativos de la visión distorsionada de 'About Defeats Desires & Demons', último escollo que 'One Day' cubre de tierra para enterrarlo para siempre y que sea la pasión imaginativa la que se haga con el control espasmódico del pueblo perdido en el que se encuentran.