Solo hay una cosa que me guste más que Balcanes, y es que debuten en largo con "Gloria Eterna", via Humo Internacional, Mágia Roja, Pifia Records y Flexidiscos, un álbum hecho para que 'Un Hombre Solo' se encuentre frente a si mismo y luche con el tono punk que le da la locura, necesaria para llevarlo por los terrenos pantanosos del hardcore y el garage, poniéndosele en contra hasta la lluvia electrificada de sus aposentos mentales, lo que supone una descarga de adrenalina costumbrista para con su antecesora, pero incendiaria con sus recuerdos amorosos, menos de juventud y más de 'Futuro @!&*#', hasta el punto de buscarle las cosquillas por entre unos microsonidos que repliegan su industrialidad con tal de no desmontar ese 'Notorio Arraigo' que ha conseguido el pueblo, escándalo para unos que debía estar embebido en un rock reverberado que se apoya en el fuzz y el noise para apretarle las cuerdas, con furia obsesiva, a ese pasado que todavía permanece intacto en su memoria.
'Ciudad Campamento' retumba en sus propias cenizas, imagen ambisiónica de lo que un día fue de alguien y ya no, emplazando un desmoronamiento ambiental lícito como medida de reflexión ante el caos bien avenido de ruido distorsionado en voz y forma, aviso a lo que le espera a 'Invencible', botón rojo del pánico pulsado con un post-punk rabioso, brutalmente honesto 'YYYYYYY' sin paliativos ante el caos controlado de una realidad de la que algunos tienen que apartarse, dejando espacio a que su animal interior sea lo más agreste posible, con gritos e injurias si es necesario, pero salidas de su boca y manos de forma natural, sino 'La Paz No Durará' y nadie quiere que el final sea una mala sintonización de un simple 'Bona Nit', ya que aquí se busca la sangre, a borbotones y experimentalmente jazzística, si se quiere, pero que dure en la retina de los elegidos.