'Modern Luxury' rebaja los ánimos mientras se instala en una inanición busca vidas que accede a la excitación parcial de las altas frecuencias, regalo sonoro que se enreda en una secuencia psicodélica, experiencia cuasi religiosa a la que 'The Redactor' devuelve el varapalo con un egg-punk metronómico para cambiar el tercio ambiental y hacer que 'Land Of Me' agite los cimientos y se proclame la favorita de Sex Pistols e Iggy Pop, siendo la razón su pureza en la actitud y la contención de ese enjambre onírico que la enfrenta a 'The Man Who Disappeared', consiguiendo con 'About Time' una prosa de speech temporal para un nuevo break mental, cargando 'Blooding' con las pretensiones que se le antojan a su propio título, manteniendo a una al micrófono una cordialidad enterradora de cualquier sentimiento de bondad que se haya producido con anterioridad, gritándolo a los cuatro vientos mientras momentos de derrame cerebral se apoderan del tema, balanceándose entre la locura y 'Machine Learning', curiosidad sintética de origen asiático que reposa todo lo vivido desde una perspectiva sci-fi benevolente con 'Slang Word' y la canción que da nombre al LP, reduciendo sus aspiraciones hasta un rock que vive de las limosnas de las cuerdas.
Tube Alloys - Magnetic Point
El debut de Tube Alloys en largo, "Magnetic Point", via La Vida Es Un Mus y Urge Records, muestra el poderío físico del ahora cuarteto angelino, ya que en este álbum participaron solamente Jai Love (voz, guitarra, teclados), Wes Turner (bajo y guitarra) y Eric Loftis (batería), haciendo que el himno 'Computer Love Again' se aferre a un post-punk garageado en verso y se vea revolucionado baquetalmente para alcanzar un estallido electrificado que se conjuga cordalmente para dar entrada a 'Jubilee', sacando esta los riffs prohibidos a pasear, fortaleciendo con ello un campo minado de hardcore lírico que manifiesta una tensión kafkiana por encima de sus posibilidades, la cual, en bucle, transtorna su aparatología para llevarlos de la mano a una orgía sonora vital para 'Mall Trollers' y su presente tañido fantasmagórico, concluyente en las formas y en esos vocales de los que todos participan, recuperación de un control anidado a la intemperancia más superlativa, azotando la oscuridad con algo de distorsión, novedad pragmática que resiste los golpes de 'Apathy' y esa animadversión suya que busca las cosquillas a través de un garage menudo y maleducado, cuya acción contemporánea causa estragos al traer los 70's y el caos que causaba el punk en la época, lo que hace que entreguen la corona de cristal al público para su escarnio popular y posterior rotura en mil pedazos.