Hot Garbage - Precious Dream

La estratosférica irrrupción de Hot Garbage, se complementa con su álbum debut, "Precious Dream", via Mothland y EXAG' Records, gracias a la adreanlina interpuesta en 'Snooze You Lose', la cual se descarga junto con un toque fantasmal atribuible a las cuerdas, entrando el fuzz como complemento halloweenesco de referencia social, yendo en volandas amén de la distorsión hacia 'Look At My Phone' y su ritmo a cargo de ese rock cincuentón, con el que un garage bailable a rabiar, va engendrando su puesta en escena hasta el amanecer, profanado en un duelo a cargo de la guitarra y el bajo, creado para recibir a 'Lowering' y catapultar así la leyenda de Woodstock del 69, encontrándonos con un bajo que pone el picante y la mordiente bacteriostática con la que terminar de infectarnos y llevarnos adonde quieran, vaticinando una explosión de cordura solo extrapolable al atentado sonoro de 'Mystery', cuyos genes anteriores se han oscurizado por la sangre que bota de sus instrumentos, manteniéndonos en un estado mental hipnótico y de headbanging trifásico, cuya imposición es llevar la cabeza agachada como referencia improvisada.

'Tunnel Traps' opera directamente hacia el caos, replicando lo aprendido para hacerlo suyo, vocalmente desde un segundo plano shoegacero desde donde brotan sus pensamientos psicodélicos, enturbiándolos de psiquiatría barata que no lo es tanto, cuando cordalmente caen a plomo hacia 'Blue Cat', alcanzando un volumen apocalíptico de cadencia vital, insonorizada por las descargas de post-rock envenenadas, ración monocromática de ingesta de vitamina D solar a lo TIGERCUB, llegando el desprecio a ser vulnerable consigo mismos con 'Sarabandit', cuya condensación de barbitúricos musicales acomoda, además, una estridencia puntual con su bajada vocal a los infiernos, así como gaitas traveseras que ponen el foco en un noise de extrema oscuridad, manteniéndose 'Traveller / Caravan' en ella mediante un arresto viciado por el subconsciente, sublevándose la instrumentación en un intento difuso y rebelde, de violencia saturada, conjugada en paz con el agua cristalina de 'Erase My Mind', atesorando una deconstrucción alveolar que se consume perénnemente hasta convertirse en el polvo del que todos estamos hechos. 


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