La Paloma - Todavía No

El LP debut de La Paloma, "Todavía No", via La Castanya, refrenda todo lo bueno que destilan en directo, camino inverso natural que 'Sigo Aquí' desparasita con ese ardor de rock alternativo que se enfunda en garage, algo perceptible desde una lírica que ordena los muebles instrumentales que proyecta el (des)amor mental que profesan, gasolina para saber que 'Algo Ha Cambiado' en Nico Yubero (voz, guitarra), Lucas Sierra (voz, guitarra), Rubén Almonacid (bajo, coros) y Juan Rojo (batería, coros), ya que la paz se personifica en ese haber dejado pasar el tiempo suficiente antes de afrontarlo, aunque el roll que llevan dentro sale manifestado mientras distorsionan y psicodelizan las luces de colores, las cuales se van apareciendo como el rosario de la aurora de manera inmersiva, llegando al mosh pit controlado en 'No Es Una Broma', la cual capitaliza el normalizar los problemas psicológicos de la forma natural en la que se deberían tratar, yendo a contracorriente sus riffs, lo que desmaterializa el estado de gracia en el que se encuentran, ya que no están para 'Quejas Célebres' que se solapen con las suyas propias, una oda a la reflexión que acaba bañada en un fuzz polifacético de armas tomar y ruido que tronar.

La ola de vaivenes continúa en 'Polvo', suspendida en el aire baquetalmente para dar carpetazo a cualquier estado de ansiedad irreverente y así expresarse libremente por entre el shoegaze que armoniza sus pensamientos, sirviendo 'Todo Esto' como medicina alternativa a aquello de 'Tiré Una Piedra Al Aire', pudiendo salir cruz en cada momento, aunque su control maquiavélico sigue más que presente que nunca en ese baño de realidad pop que les hermana con su audiencia, llegando los sobresaltos cual J. Mascis a las cuerdas, haciendo de las 'Cosas Sencillas' las que de verdad importan, aplacando 'El Adversario' al resto en una nube de noise electrificado que resetea sus inicios, quedando el 'Cosquilleo' de que uno de sus mayores puntos fuertes son las letras que uno se hace suyas, así como el hecho de cantarlas a pleno pulmón junto con el resto, un disfrute que se aleja del placer de la soledad individual que se apropia de las diferentes escuchas de este disco, llegando 'Caracola Pálida' para poner el broche de oro a una carrera a contrarreloj que ellos pausan de sobremanera para así hacer las canciones inmortales, por ello... cómo no os voy a querer!