Los delirios de lobreguez se disparan en una 'Positive Anxiety' que, justamente, causa ese mismo efecto en el oyente, quedando anclado en un mundo de éter cuyo aumento de temperatura corporal lo vuelve todo lo inflamable y volátil que se percibe, llegando su prematura explosión en una 'TV' a color, distinguiendo el rojo sangre cordal con esa intensidad que dieron los 70's para con el estilo que practican, extendiendo su punto álgido de enajenación con las desviaciones sonoras disonantes que practican, arribando así a su vida el fuzz y la 'Auto-Destruction' que ello conlleva, hilo beligerante de una vuelta atrás psíquica, rizando el rizo una y otra vez para que lleguen momentos de degeneración psicodélica, los cuales se turbian aún más con la catarsis reverberal microfonal, obteniendo a cambio un headbanging radiado en referencia al título del álbum, viajando por terrenos fantasiosos creados por la imaginación... porque si esta es la realidad, entonces pone las cosas más peligrosas a la par que interesantes, algo que corrobora 'Extraordinary Murders', llevándonos a la pista de baile templaria para recibir nuestro merecido, tomándose su tiempo para disfrutar del sufrimiento que acontece, marca de agua de quien sabe que la victoria va a caer de su lado.
