Bala - Besta

El debut en largo de Bala para [PIAS], "Besta", desenjaula ese animal punk que Anx y V llevan dentro, con 'Equivocarme' siendo un chupinazo abierto en canal que busca a gritos la soledad mental que el resto pretende sacar a flote con sus consejos, ondeando el stoner rock de corazonadas hardcore esa cruzada personal, algo a lo que que no permanece 'Inmutable' ese garage claustrofobizado que adjudica ataques de pánico a quien los quiera, añadiendo un mar de ramalazos cordales y baquetales que serían bienvenidos en el infierno más incesante que uno se pueda imaginar, manteniendo la intensidad vocal para enseñar los dientes junto a su indicación de atacar, brotando espuma 'Verde' en esa vorágine alternativa de la que ahora participa la lírica, sumándose Tanxugueiras en este Día de las Letras Gallegas que es 'Ouveo', festividad que cabalga entre dos mundos, insuflando post metalizado a la suavidad de las primeras, llevando el título del álbum al micrófono, al tiempo que les entran las 'Prisas' sociales por la vida, mientras cada una de sus etapas es cuestionada con una actitud grunge psicóticamente psicodelizada por las distorsiones armonizadas que presentan.

Sabiéndose 'Fuera' de la normalidad, el camino se puede endurecer hasta donde ellas quieran, que para eso son las amas del cotarro, de ahí que ennegrezcan el ambiente con un carga de detonadores que explotan a sus espaldas y arrastran a cualquiera a un mundo fantástico en el que incluso se cumplen las cosas al pedirlas '3 Veces' delante del espejo, sin nadie que te diga aquello de 'No Eres' capaz de esto y de lo otro, por eso el feminismo está y debe estar más que presente en el disco, amén de contabilizar las victorias grupales como individuales y viceversa, contando con el afán de que si tú 'Estás', un@ no necesita 'Nada Más', momento para 'Jugar' a desvariar entre electrificaciones cruzadas que echan la mirada atrás, algo necesario para esos momentos en los que uno ha visto las cosas desde la perspectiva del va 'Todo Muy Mal', un pozo negro cuya salida se encuentra en uno mismo.


📷 Leo López