El primer LP de Tunic, "A Harmony Of Loss Has Been Sung", bajo el manto de su propio sello discográfico, Midwest Debris, es un disco de malos tiempos, de tratar la salud mental, depresión, ansiedad, etc., lo que aquí se traduce en una mayor crudeza no sólo lírica, siendo el post-rock más duro, conciso, rugoso y áspero, a lo que ya de por sí nos tenían acostumbrados, ataviándose las cuerdas y las baquetas, de una fuerza demencial sobre la que verter toda esa bilis que debe salir al exterior, combinándose con momentos de calma tenebrosa en las que el micrófono es el absoluto protagonista, con un sufrimiento de plegarias instrumentales que lo convierte en la mejor forma de desintoxicación posible, añadiendo a la ecuación una segunda voz que representa esos fantasmas con los que lidiar, girando la rueda para que el headbanging le gane la partida al mosh pit, con los ojos ensangrentados cuando la incomprensibilidad de los hechos es total, no aliviando el dolor ni las polivalentes distorsiones, ni las rudas electrificaciones, ni el ruido bienintencionado generado a su alrededor.
★★★★★