Kyle Day (batería, sinte, efectos y vocales), de Beekeepers, tiene un nuevo proyecto llamado Cough Syrup Kids, el cual se gestó como una especie de desahogo junto a Danny Kendrick (guitarra, sinte, bajo y vocales) y Brendan Casey (bajo, batería y vocales), y ha acabado convirtiéndose en su disco debut homónimo, presentado en formato Cassette y LP.
'Intro/Small Pox' da la bienvenida con una versión agitada alegremente en solitario por parte de Danny, lo que parece pintar oros, resultando ser un llamamiento a sus otros dos compinches para convertir la algarabía en algo casi militar siendo aquí las espadas y los bastos los protagonistas, clavándose las primeras como cuerdas punzantes venidas a más, y los segundos, como martillos baterísticos que se concatenan con 'Uncomfortable', jugando aquí el sinte su papel para desatar un caos comandado por las vihuelas del siglo XXI, y unos vocales que apremian a la instrumentación en tono humillante.
'Nicht Intakt' sondea el universo post-punk en la forma, ya que el contenido se reserva para un ritmo antológico en bucle de sinte marcianal, utilizando como extra el alemán para comunicarse, con un sin sentido que tapa lo vintage de la instrumentación, viajando al futurismo basado en los 80's en 'The Cough', con una loción de Show Me The Body para que entre mejor, éstos en su versión más pausada eso sí, y sea igual de dañina que la de los neoyorquinos, sacando ese patriotismo militar americano en '2 Fish In The C-C-C', lo que choca al otro lado del charco culturalmente con Bad Breeding, con gritos de fans trans(sexuales) que secundan lo dicho incluídos.
El lo-fi llega de la mano de 'Dilate', con el que los californianos, o más bien su instrumentación, se cuelan industrialmente en el ritual garagero y hardcore, donde el desafine de los mismos está provocado por el ataque de los espíritus liberados al micrófono, lo que afecta a la salud de su cantante, el cual claudica ante la magnitud de los hechos cariacontecidos, pidiendo recibir calor de forma desesperada en 'Steam Heat', para él y los suyos, los cuales utilizan el castellano para unirse a las súplicas, de un modo seriéfilo que cuadra con los zombis de Walking Dead.
A pesar de vivir tiempos mejores a día de hoy, con el suceso cariacontecido recientemente, 'Snotty Brat' se remonta con los equilibristas sobre las cuerdas por delante en un bucle maníaco de recuerdos escolares, de los cuales brota un odio guardado épicamente del que se nutre 'Slipping', continuación onírica de 'Nicht Intakt', donde los vocales se centran en el menos es más, tratando de canalizar así un odio que todavía se ve refrendado en ellos, el cual tiene su origen en la cruzada de los entes no corpóreos en nuestro camino unas canciones más arriba, consumándose 'The End To Die' con una carga diplomática de garage y fuzz para honrar la memoria de los caídos.