Annabel Allum

Annabel Allum quiere poner a Guildford en el mapa de Inglaterra a través de su proyecto personal, en donde se encarga de los vocales y la guitarra, suficientes para lo que fueron sus primeros singles 'Foxes' y 'Absent', pero no para sacar todo aquello que no se basa en el cariño, el clasicismo y las palabras bonitas, de ahí que, contando con la ayuda de otras dos personas aún todavía no definidas como miembros oficiales, las cuales, se encargan del bajo y la batería, para ayudarle a dar ese salto cualitativo que representa 'Shreds', con la que da señales de que el salir de su propia habitación y dejarse acompañar ha hecho que sus miras se vayan encabronando, al igual que la música, la cual va destripando un caos industrial en el que todavía busca explicaciones con las que salvaguardar su pellejo.

Con la carta de libertad expresiva en la mano, 'Tricks' se convierte en su primer single oficial, el cual sigue bebiendo de los restos de su antecesora, haciéndose la oscuridad más patente en esos momentos en lo que lo caleidoscopio no ofrece una versión colorista del ruido interno que padece el tema, haciendo una parada para congregar a sus propios fantasmas, los cuales se muestran reverberados, con delay y ecolizados, para ahuyentarlos con el estilo característico de Speedy Ortiz en 'Rich Backgrounds', tomando Annabel el cetro de Sadie Dupuis, subiendo el tono agresivo de su discurso al añadir la palabra 'fucking' en el medio del título hecho estribillo, riéndose sin gracia de una forma corrosiva, a la cual llena de un ruido corto pero intenso.

Con la vista puesta en el verano y su primer EP, a publicarse bajo su propio sello Killing Moon Records, 'Eat Greens' viene a refutar lo cariacontecido anteriormente con su nueva lírica, en donde podría hacer lo que los demás hacen, estar pendiente de si piensan si es correcto o no, y eso, sería faltarse al respeto a sí misma, y con ello surgiría la posibilidad de dejar de buscar su propio equilibrio, ese en el que autodestrucción y el amor propio van de la mano junto con una orda de rock, garage y fuzz rocoso, que le viene al micrófono como anillo al dedo.



Foto de Kane Layland