Todo el mundo tiene un pasado, y por mucho que traten de ocultarlo, el de Chest Pains está expuesto gracias al bandcamp de Healthy Eating Records, donde todavía se puede disfrutar de sus dos primeros EP's, "Bath Bandits" y "Beach Beauties", dejando entrever el primero, una mezcla de garage lo-fieado enrevesado por el punk de los vocales, todo con un tempo redimido en paciencia y saber estar, utilizando el miedo y sus comisuras como arma arrojadiza en esos momentos en los que parece que van a rendirse al pop-rock del segundo álbum, claudicando por momentos, aunque sin renunciar a ellos mismos, lo que, afortunadamente, los lleva a traer de vuelta a Elvis Presley y a Pulp Fiction en 'Be Bob A Lula', manifestándose ante una base que parece sacada de Iguana Death Cult, alcanzado una locura que es un despropósito.
Pero todo ello se ha extinguido en 'Petrified', primer single de estudio grabado en su Leeds natal, donde Sam Robinson, Callum Crombie, James Tkacyk y Harry Rogers, dan un paso más, sacando a relucir una rabia de la que antes no se tenía constancia, agravada cuando el sentimiento de soledad se acentúa, cuya lírica es una llamada clara a un fuzz psicodelizado, estridente en apariencia pero efectivo a la altura de Ty Segall.
Update: 10 días después estamos de vuelta con 'Shame', y esas cuerdas que jamás dejarán de arder, lo que provoca que la instrumentación se muestre más agresiva que su predecesora, uniéndose al aviso la batería con un ritmo en el que la chulería florece a rabiar, desatando la locura punk cuando los vocales son escupidos al espacio exterior, con un fondo sobre el que van esculpiendo un fuzz tan escatológico, que incluso gritos aterradores se cuelan entre las bambalinas de las cuerdas de The Parrots.
Update: 10 días después estamos de vuelta con 'Shame', y esas cuerdas que jamás dejarán de arder, lo que provoca que la instrumentación se muestre más agresiva que su predecesora, uniéndose al aviso la batería con un ritmo en el que la chulería florece a rabiar, desatando la locura punk cuando los vocales son escupidos al espacio exterior, con un fondo sobre el que van esculpiendo un fuzz tan escatológico, que incluso gritos aterradores se cuelan entre las bambalinas de las cuerdas de The Parrots.
