White Bleaches se presentaron el año pasado con su EP debut homónimo, dejando claro que lo suyo forma parte de ese cártel garagero que asola la costa, en este caso, de su Melbourne natal, dándole también un sentido setentero al que no le importa embriagarse de los sesenta más psicodélicos, dejándose llevar más que flotar por un solo de guitarra de esos que marcan época, acercándose vocalmente a los 50's de la manera en la que lo hacen The Parrots, despuntando ('Bad Character') y manteniendo la calma cuando corresponde ('Ease The Pain'), con 'The Door' poniéndose la máscara de Ulrika Spacek, bailando entre los muertos, lo que los lleva a un estado de psicodelia alucinante para sus sentidos, los cuales, flipándolo entre estroboscopios calmar su sed de altura con 'Psychic Vision', balanceándose su música al son de los platillos de la batería, potenciadores de esa percepción de que todo lo que los rodea está protegido bajo el manto de King Gizzard And The Lizard Wizard.
Y esto es así en parte gracias a Stu Mackenzie, culpable de la grabación y mezcla de este EP y de su primer vinilo autoeditado en formato 7" este mismo año, y es que lo de compartir ciudad hace que Anthony, Hugh, Jack y Tyler den todavía un paso más al frente en lo de sacar parecidos entre ambas bandas, con 'Mystery Child' e 'In The Night', creando el primero una catarsis que va de menos a más, lanzándose al vacío de los riffs en solitario sin paracaídas, con los vocales calmando unos ánimos que vuelven a los puntos de desfase anteriores en cuanto dejan de hacer acto de presencia, ayudando los coros a mantener esa delgada línea de separación que se rompe al penetrar las cuerdas y las baquetas con los tanques del noise hecho poesía instrumental para, en el segundo, dejar que el descontrol se apodere de la pista de baile, agitándose las cabezas al son que marca la única tecla del teclado que es reproducida, sobreviviendo la misma al rock del CBGB y los condescendientes vocales de altas horas de la madrugada.