Piss Factory - 377 EP

Hace tiempo que sigo la pista de Piss Factory, pero no ha sido hasta ahora que su último EP, "377", hace justicia gracias a un sonido, donde la banda venida desde Melbourne y, formada por Scout Albertine (vocales y guitarra), Tohmas Baltchfrod (bajo) y Bianca Martin (batería), pierde su desamplificación característica , esa que les hacía ocultar casi por completo su música, ganando unos enteros, que se presentan a través de una 'Intro' que bebe de la televisión y el reggae, apareciendo su verdadero yo en el tema que da nombre al disco, y donde la voz de Scout nos transporta directamente al universo de Shitkid, punk que cuenta por detrás con el garage lo-fieado tan característico del trío, el cual encuentra en la soledad amorosa su mejor aliado, colándose un par de presentadores que apoyan este mensaje, celebración que 'Club Grotto' baila a través de unos bits en bucle que se mantienen en primer plano a pesar de la dificultad de hacerlo mientras se recrimina el sistema actual, al que obviamente, ha ayudado la caja tonta.

'Iris' se relaja a base de dream-pop veraniego con el que Bianca va marcando el camino, y con el que a Tohmas no le entran las prisas anteriores, sacando a relucir el poder que vuelve a algunos adultos tras haberlo perdido una vez que uno tiene uso de razón, y al mismo tiempo deja de ser un bebé (lo que se refleja en 'The Paint Hotel'), y es ese que vive alocadamente y sin pensar, saliendo cosas como 'Ashleyronning.com', juntando el rollo psicodélico que va cargando de oscuridad el ambiente con un rock 70's para hacer mención de una publicidad para nada subliminal, igual de directos que 'Insufficient Funds', aunque aquí el rollo que impera son los 50's, ensuciados por unos vocales que mascan chicle para no escupir directamente al suelo, acto de rebeldía cuando se da el amor, un hurra punk por aquellos que se mantienen singles.


Foto de Kalindy Williams Photography