Dos añitos tiene la "Demo" de Black Maracas, pero aún así, suena a frescor de menta intacto, aunque la polución que sufre la capital haga lo imposible para infectar el ambiente perpetrado en 'Crazy Maraca', con el repique de campanas garagero y rockero cincuentón de The Parrots y Los Nastys, marcando ambos un camino que zigzaguea en beneficio de un fuzz que sale a flote con unos riffs que, deseosos de cambiar el rumbo del tema, se hermanan con aquellos que basan sus teorías en el dream-pop, dejándoles previamente el espacio necesario para que se lo crean, alargando su sufrimiento en 'Caligula', declarando el estado de emergencia personal por el loop depresivo sobre el que se mantienen, enfrentándose los riffs para quedarse con el terreno que ocupa el otro, llegando a un entendimiento que no satisface a ninguna de las partes y declarando una tregua que les autoriza a estar cada uno con lo suyo, eso sí, buscando siempre el rédito mutuo, de ahí que los desmadres instrumentales de Adrián, Fran, Luis y Omar tengan que ser respetados, entre otros, por 'Eleven Maracas', cuyo nivel de fantasía lo-fi sobrepasa los límites sectarios de los vocales, buscando redención al reguero de sangre dejado tras de sí, con una aceleración endemoniada que les permita salir de ahí cagando leches y no asumir sus pecados.