Hasta ahora he revisado post-punk en inglés, francés (HININ)..., pero nunca en español, y esto ha sido así porque no me había topado antes con Flagare, banda argentina que se reparte las tareas entre la voz de Iris Cattafesta, el guitarreo de Lucas Palacios, el cual se ve arropado cordalmente por Brian Potaz, el cual también se deja querer por los coros, con Leonardo Nicolás perpetrando los ritmos desde su batería, formando el Equipo A de los 80's, pero también de nueva ola, al atrapar algo de punk microfonal y shoegaze instrumental entre esas modulaciones que forman parte de los estatutos del estilo, algo de lo que goza 'Desacato', la cual asalta la banca con un feminismo lírico que no debería ser tal en el 2017, razón por la que quizás Iris mantenga apartado ese tono de cabreo en 'Ebullición', ya que aquí sus frases se amoldan al acolchamiento cordal que se produce cuando la desconexión rítmica no se les aparece, maestría llevada al extremo de la cual se vanaglorian en esa subida a los cielos que cae con la fuerza del noise con la que retumban hasta las capas más inferiores de la tierra.
'Desollados' empieza lenta con el afán de meterse en los entresijos que todavía andan por ahí sueltos y es que no está dispuesta a bordearlos, como es la acción-reacción del maltrato y el arrepentimiento, tan de moda por desgracia entre nuestros días, y es que no todo vale, de ahí la oscuridad que se cierne sobre el tema, con la única luz palpable del que quiere justicia, lo que pone en lo más alto a 'Marea', haciendo que Ian Curtis desempolve sus bailes desde su tumba, aquí a una velocidad pitcheada por encima de sus posibilidades, respiro que escapa así de lo vivido anteriormente para buscar el colofón final con 'Vacuum', plantada de cara que saca en conclusión que más vale dañarse ahora uno mismo que no ser dañado por otros más tarde.
Foto de Lumidla Noé