Trudy And The Romance - Junkyard Jazz EP


El EP debut de Trudy And The Romance, trae además la noticia de la unión a la banda de Alex Stephens al teclado, sumándose así al trío lalala que forman Oliver, Lewis y Brad, haciendo así más grande todavía el anuncio de "Junkyard Jazz", pieza fundamental desde ya entre los altares de una de las voces del momento, del pasado y del futuro, la de un Oliver que cautiva como el caballero inglés que es, guardándosela en el interludio que es 'Seashore Overture', el cual los muestra con cara de enamorados atontados por la magia de los paisajes iniciales, así como las de la foto que acompaña a esta reseña, centrándose en el swing colectivo que forman en 'Twist It Shake It Rock & Roll', volviendo a beber todos de la pista de baile, centrándose para la coreografía en los 50's, explicando con la lírica que en su anterior envite se les ha quedado semejante cara debido a que alguien brilló con luz propia mientras giraba y desgastaba sus zapatos en cada giro aportado al tema, con ellos mirando atónitos cuando esto sucedía, casi sin dar crédito a lo que tenían ante sí, lo que lleva a 'Junkyard Cat' a una serie de acontecimientos en los que el amor aflora y en donde el rosa lo acapara todo, haciéndose eco esos riffs que atesoran la magia de sus encuentros no sexuales, y es que aquí no hay opción a la impureza, por mucho que los medios tiempos se sobresalten a sí mismos a base de fuzz e idas de olla que acaban por resquebrajar su felicidad...

... y es que el camino recorrido ha sido corto, tal y como delata la oscuridad alojada en 'Ruff Ryder', donde el desamor ocupa todo el espectro desesperante de una banda venida a más para afrontar esta desavenencia, uniéndose para cambiar el llanto por unas risas que son capaces de trasladarlos a la barra de un bar y brindar por ellos, pero no por 'Is There A Place I Can Go', momento casi solitario en donde las lágrimas sobrevuelan la mayor de las penas, con la batería terminando de romper su corazón al tiempo que las cuerdas dan respiro a los recuerdos, al anhelo, a la pérdida de la noción del tiempo y el espacio, así como las ganas de que todo lo que están viviendo sea un sueño del que todavía no tienen por qué despertar.


Foto de Jacob Wyatt