Los orígenes de Clang! se remontan a la "DEMO" publicada el año pasado, con la que explotaban todo su potencial pero no su sonido, llegando esta segunda parte en "Whac-A-Mole", LP debut del ahora cuarteto de Tampa, donde a Emily Jones (voz y bajista), Brian Shields (voz, guitarra y sintetizador) y Andrew Goding (batería), se les sume Zachary Hickerson al saxofón, continuando así la estela de bandas de nueva ola como Black Country, New Road, o Nervous Conditions, las cuales, como en este caso, hacen descarriar sus temas con la introducción de dicho instrumento, instalando el desorden como concepto añadido a su base de post-punk, rock y punk, preveyendo 'Lie' lo que se viene encima, stoner cordal de primeras para entrar en 'Women', y de segundo un garage al que se le hace el sonido noise cuando todos los protagonistas entran en escena, llevando aquí la voz cantante Emily, suavizando así una instrumentación cargadita, lo opuesto a su antecesora, donde el micrófono estaba en manos de Brian para caldear más el asunto, teoría que 'Genius' desarbola al ponerse ambos vocalistas al frente y mezclarse los sonidos anteriores, estela que 'Cheers' logra alcanzar y a la cual dota de un dramatismo severo que se convierte en una delicia prog-rock que va buscando ser objeto de un pogo generalista.
La rocosidad inicial de 'Line' supone perder la objetividad en detrimento de un caos ordenado por la batería, que marca los tiempos de aparición del frontman, cobrándose su particular venganza la tormenta sonora de ruido cuando éste deja de utilizar sus cuerdas vocales, hasta que es demasiado tarde y aquí ya nada importa, poniendo un orden maquiavélicamente disciplinario el militarismo de 'Shovel', pie de apoyo jazzísitco que sigue la fórmula de su antecesora, lo que hace que para cuando llega 'Loss', los vocales ya se han revelado para buscar conscientemente su cuota de protagonismo, pero el margen temporal es tan pequeño que apenas se dennota, así que guardan minutos de silencio en temas como 'Exploitation' o 'Institutions', confirmando así lo que es un secreto a voces, que esta banda podría estar puesta para nuestro disfrute instrumental de descalabro emocional, no fallando la teoría de forma atronadora en'Gomorrah', cuya lírica se vuelve a reservar el derecho de admisión el cincuenta por ciento del tiempo, ahora eso si, como señal de respeto ante el vendaval con el que 'So' y 'Obvious' osan retar a Modern Technology.