Una de las cosas que más me dolió en la música fue tener que perder de vista a Youth Lagoon, aunque por suerte los ví en directo y siempre me quedarán sus discos firmados decorados por el mismísimo Trevor Powers, quien ha sacado uno de esos discos que considero como uno de los más importantes de mi vida, tanto por ese espectacular sonido experimental que solo puede salir del californiano, así como por los momentos vitales en los que me ha acompañado, el cual ha titulado "Mulberry Violence" y ve la luz a través de su propia marca, Baby Halo, un sello guardado para momentos como 'XTQ Idol', cuyos vocales pasan por diferentes estados químicos, revolucionados por elementos como el piano, los microsonidos, las cuerdas exaltadas y un ritmo callejero de nueva onda con el que es capaz de sacar su rabia y a la vez canalizarla al instante siguiente, encontrándose con su alma cara a cara para blandirlo y provocarse el benplácito del dolor, visitando 'Dicegame' todos los rincones oscuros de éste, clavándose como puñales mientras el desgarro de la vida se desvanece, sin poder rescatar nada de ella antes del último suspiro, viniéndosele encima un sentimentalismo que, como homenaje, no reprime sus fantasmas, en los que se encuentra lo más bonito jamás mostrado al exterior, una sonrisa de agradecimiento eterno que se cuela entre las lágrimas.
'Pretend It's Confetti' es una utopía de lo vivido, permitiendo que el tiempo cure las heridas en vez de intentar recuperarse a marchas forzadas, dejando 'Clad In Skin' los retoques estilísticos de su antecesora de lado para cambiar el chip, metiéndose de lleno en una historia que se podía tildar de mafiosa, en la que nuestro protagonista maneja el tiempo y todos los caprichos materiales a su antojo, yendo y viniendo sugerentemente antes de protagonizar un cambio radical conceptual y abandonarlo todo ello por el espiritualismo oriental que concede 'Playwright', volviendo a llorar la pérdida depresivamente a través de la oscuridad del día a día, sobrevolando cada rincón de su ser, para renacer de sus cenizas al tiempo que The Weeknd canaliza en 'Film It All' ese plantarle cara al futuro a base de puñetazos en el estómago, los cuales se atreven a romper incluso sus propios esquemas.
'Squelch' se imagina un mundo paralelo, en el que para su deleite, todo sigue de capa caída, sacando su belleza a la lobreguez, trayendo los vocales de Rammsteim para salir de su zona de comfort, lo que para 'Ache' significa volver a dominar las calles a base de un R&B trapero que yergue la cabeza como señal de respeto, ese que necesita el mismo para protegerse de las repentinas bajadas a los infiernos, de ahí que 'Plaster Saint' y 'Common Hoax' dibujen sus problemas desde una perspectiva de 35mm, saliendo todos ellos en la instantánea con la nitidez suficiente como para distinguir todos sus detalles, abertura de miras que no le saca del pozo de pirañas que es su cabeza, pero si que le va a ayudar a no repetir errores.