Desde siempre ha habido demos y Demos, perteneciendo la de Legítimo Polvo a estas últimas, demostrando el gallego de nacimiento Martín González, que su proyecto en solitario, al que le pone voz, caja de ritmos, sintetizador, guitarra y looper, va de post-punk y oscurantismo integrado en el ADN de 'El Baño', dando un paso más allá del clasicismo que vivió el estilo a finales de los 70's, gracias a esa tercera capa cordal que intenta respirar aire puro mientras la lírica atrapa el oxígeno viciado con la misma particularidad que imprime Rodrigo Caamaño en Triángulo de Amor Bizarro, llegando con su silencio una síntesis, que multiplicada en el espacio-tiempo, es un arma psicodélica que desafiaría la lógica de las altas frecuencias de no ser por esa espacialidad que exonera su culpa, dibujando el cielo una 'Noche' garagera en modo cincuentero en la que las cuerdas cambian el baile por el fuzz, lo que provoca que los ojos de nuestro protagonista estén inyectados en sangre al aullar a cielo abierto, quedando atrapados sus vocales en una niebla espesa que despeja esa carrera de fondo que es 'Dos Hombres Y Medio', sacando el rollo Amatria de "Hoy Van A Salirte Las Alas" junto a su lengua natal al micrófono, provocando un llenado de pista que se pone filosóficamente adictivo cuando el desgaste de los tenis es más que notable, mandando todo a la 'Mierda' con un cóctel explosivo que tira de extremaunción reverberada y el tono de llamada del afilador, haciendo ver que su alucinación personal también puede disponer de gospel juguetón y riffs venidos del mismísimo Jimi Hendrix.