Los californianos más vanagloriados aka Richard Rose, debutan en largo con "Radiation Breeze", via In The Red Recordings, dando la sensación de que saben lo que quieren y van a buscarlo, desempolvando 'Red Telephone' un impulso rockero autoritario al que al añadir un toque añejo y chupa de cuero, logra que cualquier confabulador que se precie se devanee los sesos, algo que 'Evil Twin' enrolla en un papel de fumar, contenedor de fuzz, el rollo vocal que se traen Sleaford Mods y un toque de Sonic Youth, atrapando así las olas y los skateparks por igual, difuminando su sonido con la rayadura de sus cuerdas, la cual fusila los oídos a base de tinnitus encriptado en jazz, obra del quinto elemento del supergrupo underground por excelencia, Gravy McKay, quien se desquita a gusto en 'Chain Exchange', logrando que su barrera superflua vuelva a surfear con un ritmo endiablado que no tiene que envidiar a la fragancia con la que han agitado medio mundo y con la que aquí consiguen provocar una avalancha de experimentación tal, que en Woodstock del 69 hubieran acabado con la fiebre del ácido.
'Groovy Goes Blank' busca su reválida interior, ahora con un toque láser futurístico que estructura el caos para dominarlo en la medida de lo posible, y aunque llegan a ese punto en el que la maquinaria parece desmontarse, logran remontar mientras acarician un lo-fi agradecido con ello, alfombra roja para el control férreo que el country rebelde ejerce sobre 'On The Bridge', acto canónico que les permite tomar el aire y erizar sus mástiles, para llegar limpios de rabia, que no de electrificación y punk, antes de enfrentarse a las dos partes de 'Radiation Breeze', en las que dibujan una jam session in crescendo que orbita por el horizonte totalitario de King Gizzard & The Lizard Wizard.