La versión primigenia de OUZO! se presentó en el compilado que Billiam estrenó a principios de año, vertiendo los de Melbourne su bilis logísitca a través de un egg-punk infestado de devocore, de los que definitivamente, no queda ni rastro en su EP debut, "Dried Tomato", donde Aidan Link-Freeman (voz), Nathan Korver (guitarra), Catie Spencer (bajo) y Josh Peeters (batería), juegan al despiste en los primeros compases de 'Glorified Junkie', ya que permiten que el rock blande su espada antes de que el garage le desmantele el negocio montado, anulándolo las veces necesarias en pos de alcanzar un vahído bajístico, con el que logran que el punk se instale al micrófono, distorsión amenizada cuando 'Bleep Blast Light' entra en juego, ya que el carácter tranquilo de ésta, se vuelve menos benévolo a medida que los riffs van haciendo mella en su estructura, demostrándolo la voz de nuestro cantante, cuyo reflujo se ve más que reverberado con tal de alcanzar el estatus de irreverentes, algo a lo que 'Little Miss Ashtray' resta importancia entre bambalinas, explotando una faceta que tiene que ver más con la repetitividad de L I T H I C S y la incongruencia sonora de Jimi Hendrix.
'The Martian's Mistake' se marca como reto hacer mucho ruido, y vaya si lo consigue, llevando a rajatabla los elogios mostrados a su antecesora mientras utiliza la psicología inversa para llevar a cabo su plan maestro, incluyendo psicodelia, sci-fi a borbotones y un imaginativo que se rompe al ponerse los 70's más crudos por montera, algo a lo que 'The Postman' se enfrenta con un toque de oscurantismo bucólico alternativo, el cual sigue marcando la nueva línea ideosincrásica del cuarteto.
📷 Kealy Harris