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El rock viciado de Oscuro Culto y la rotura vocal de su cantante, Javier Cosmea, también guitarrista, junto al batería Hans C. Rivero, exploran las aristas del black metal, post-hardcore y crust, en sus dos primeros EPs, "Ascensión" e "Invocación", llevándonos su lírica por un mundo que jamás va a ver la luz del día, golpeando instrumentalmente sus pensamientos con una fuerza desorbitada por la condena que suponen, viviendo en primera y tercera persona los entresijos de un pogo de headbangings mientras coralizan con sangre su hermandad en el segundo álbum, asalvajando más si cabe el estilismo del primero, con un ritual de iniciación titulado en base a un vudú continuista que no deja títere con cabeza, rodando la suya propia por entre los invitados a esas fiestas encarnizadas que participan como audiencia en su cobertizo, esas mismas en las que se permite que la intimidad lleve máscara y juzgue la contundencia de sus alaridos a la luz de la luna.
📷 SergioAlbert
