Olanza - Olanza

El mundo instrumental debe rendirse con pleitesia ante el disco debut y homónimo de Olanza para Human Worth, lo que también supone su primera incursión musical con Annie Gardiner a los mandos del bajo (en detrimento de Ben Phillips), sumándose los archiconocidos Aron Ward a la guitarra y Shaun Sepr a la batería, entonando en 'Accelerator' un rock de desierto, rudo pero contando con el espejismo cordal masculino de que la aspereza puede dilucidarse en algún momento, nada más lejos de la realidad a tenor del parecido estilístico con BRUTUS que se da cuando se ponen intensos, misma conclusión a la que llega 'Boko Maru', descentralización que en su sede central bebe del post-punk y se recrea con los dobles tiempos y un sonido metálico que ya empieza a asomar la cabeza, despegándose definitivamente del cascarón al entrar en resonancia con ese pogo que pierde la cabellera con ellos, monstruosidad 'Descendent' de Bristol, algo que aquí les atrapa en un bucle que prefiere jugar con los dedos desde la base y hacerse grande hasta tocar los estadios con sus yemas, bajando una marcha para estabilizarse y volver con un repositorio que finalmente vuelve a su velocidad de crucero, hype que  'Sun Melter' hace suyo con una historia trabajada en la que las idas y venidas de riffs muestran otra faceta más del trío.

'Lone Watie' ondea un speech de vocales rotos venido que ni al pelo por la situación actual, cargando el tema de un sentimentalismo sobre el que ahondan de forma profunda, levantándose y cayéndose sobre un manto de rock natal, distorsionándose en garage mientras el inocente hardcore termina por mimarlo, creciente ola que lo lleva por una oscuridad a la que vuelve para delatar su intenciones, siendo 'Navarone' la más fuerte de su clase al desobedecer las normas de las bajas frecuencias y el arcoiris que les permite tocar ambos extremos de la balanza, razonamiento que emplean a rajatabla por entre los bajos fondos de 'Joust', cuya paleta de colores se lanza a la desidia de un noise rock que se vacía por dentro al tiempo que recibe la llamada de 'Constant' para entrar en el infierno.


📷  Simon Holliday