Al décimo aniversario de "Oshin" se le suma un boxset de 7" que aglutina sus primeros temas, los cuales, además, se comportan como la primera muestra de su sonido, antes de darle una vuelta de tuerca para su álbum debut y cuando todavía eran Dive, mostrando una vulnerabilidad propia de ellos pero impropia de su sonido, ya que no se ven arropados cordalmente de la misma manera a la que nos tienen acostumbrados, explorando 'Sometime' un tempo relajado que aglutina su archiconocida reverberación, esa que les ha llevado a consagrarse y ser marca de la casa, bajando el ritmo en una 'Corvails' editada por primera vez en digital, perseverando la instrumentación en un decaimiento total al que es fácil ponerle la etiqueta depresiva, aunque también podría valer la de libertaria, por aquello de ser capaz de actuar como vía de escape de sus pensamientos, respaldados estos por una 'Human' que los voltea una y otra vez hasta ponerlos de cara hacia una luz que solo es un reflejo perdido en el horizonte.
'Big Joke' es otra de esas novedades que refrendan mi amor por el cuarteto de New York, tatuaje incluido, coreando como ángeles ennegrecidos que ponen de manifiesto todo lo que ya sabíamos y que nadie nos había contado antes, levantando al público con un improperio final que los saca de su letargo para situarlos en 'Geist', viaje frenético de idas y venidas psicodelizadas que ponen de relieve su patrimonio artístico, meciéndose en el estudio con una niebla espesa que solo está en nuestro subconsciente y que alardea en una segunda vuelta de que cada vez que inicia su travesía el efecto es diferente, como 'Bambi Slaughter', cover de Kurt Cobain y perla ensangrentada que cambia el estilo Melvins para dejar pendiente una salvación que ahora sí, gracias a los viejos fantasmas del pasado, jamás llegará.
📷 Coley Brown