'Scum Show' vuelve con la descarga de testosterona hermafrodita a la que nos tienen acostumbrados, centrando el tiro su animalismo escénico en un paso cambiado que margina las altas esferas, sobreviviendo 'Fucking Kill Me' al infierno de perturbaciones de King Gizzard & The Lizard Wizard a través de un desastre natural hipoalergénico, que incluye una parada cardiorespiratoria en bruto que reblandece su discurso, atisbo religioso de empoderamiento cordal para 'Perm Act', la cual empieza como el rosario de The Devils tras ser pillados por la policía y haber sido sometidos a un blanquamiento anal con el que pierden la fuerza de Sansón, para acabar saltando como un resorte y mostrar así que todavía no se han ido, de ahí que 'Social Butt' sea esa herejía malsonante que busca el enfrentamiento directo con el pogo formado a su alrededor, sintiéndoles más exaltados y desbordantes que nunca, paleontológicamente sapiens y cargados de testosterona (repetida) que liberan, incluso a cámara lenta y a distintos tonos, demostrando en el cover de Rudimentary Peni, 'Sacrifice' lo heavys, intratables y brutos que pueden llegar a ser, enalteciendo la violencia junto con el público aquí congregado.
Osees - A Foul Form
El último LP de los californianos Osees, "A Foul Form", via Castle Face Records, no se baja de ese pedestal psico-punk garagero que tan bien le funciona al quinteto fromado por John Dwyer (voz, guitarra y sinte), Tom Dolas (guitarra), Tim Hellman (bajo), así como los baterías Dan Rincon y Paul Quattrone, quienes entonan 'Funeral Solution' como una electrificación radiada en las aguas termales de un fuzz que más que saltar, explota por los aires debido a su intensidad de hi-fi instrumental y lo-fi vocal, provocando una resonancia magnética cordal y baquetal que es un sinsentido que quita el hipo, sin pausa gracias a 'Frock Block', donde se muestran enervados y se posicionan como las personas físicas del diablo en la tierra, universo fantástico por el que también gira 'Too Late For Suicide', con atención a la llamada del afilador y las alarmas, las cuales saltan en un bucle de estridencias provocadas por el boss, a las que se une un ronroneo cordal infernal al que las baquetas le bailan el agua, algo que para el tema que da nombre al álbum, supone una festividad rock'n'rollera capaz de emular un pasado que se revoluciona con una paranoia que les saca, momentáneamente, de la jauría de barbarie, flujos y reflujos, que acaban con 'A Burden Snared' cerrando el grifo con un pedal abierto de color monogámico que desde fuera se ve como un interludio.
📷 Titouan Massé