Uno de los álbumes debut más esperados del año, "Chroma", via Glasshouse Records, aterriza como un jarro de agua hirviendo por esa potencia sonora que contiene, mérito de quien lo ha construido a conciencia, Bo Gritz, enarbolando Finn Holland (voz, guitarra, sinte), Benjamin Salt (bajo) y Max Goulding (batería, percusión, sinte), un imperio de industrialidad emergente en 'RUT', bastión de la brutalidad que nos espera, cruzándose el día y la noche en una batalla perdida por el primero debido a las luces estroboscópicas parpadantes perpetuadas a su alrededor, terror indomable para el que no controla la situación y llamada al pogo para quien ejecuta los pasos de baile a realizar, psicodelia psicoactiva que se conjuga con la estrategia mental de 'Observes And Selects', tirando de electroshock para quedar a su merced, aumentando 'Cyanotype' su dureza con tal de que nada se desvíe de la ruta establecida, apremiada esta por el punk y la reverberación de los vocales, manifestación activa de un headbanging en el que las cuerdas no están invitadas, tampoco en 'Liquid Crystal', donde el modo MC sintético a lo Birdy Nam Nam, evoluciona hasta ofrecer sacudidas impolutas que actúan en consenso, una y otra vez, en torno a un post-punk que, más que sacado fuera de su zona de confort, es llevado al límite.
En esas también se encuentra 'CHOPPED', alternando el metrónomo con un noise evolutivo cargado de los golpes maestros de sus miembros, acortando su envenenamiento sonoro al ir pasando por entre las luces del psiquiátrico cuando es llevado a 'Reflective Skin', su distrito terrenal más noventero y por entre el que se cuela un paraíso animal dispuesto a morder a todo aquel que ose adentrarse en su jaula electrificada, elevando el voltage de la misma 'Into Yr Will', cumbre de una salida de emergencia cerrada a cal y canto con afán de que cuerpo y mente, todavía duren tres asaltos más, siendo 'Coldbath' esa piedra en el camino que culmina su barbarie, exponente máximo de las intenciones de los de Londres, que para 'Stored In The Sky', ya andan metidos en otros derroteros más alternativos, otorgando una diplopía más urbana a su propuesta, todavía cargada al micrófono de un resentimiento electro hip hop que tampoco 'Picture Of The Present' va a evitar, sino que más bien le vale para desatar una contundencia que trata el finde del mundo como un punto y aparte, capaz de detonar las últimas bombas instrumentales que les quedan, por y para originar el caos de violencia y lisérgico, que piden esa manos y bocas ensangrentadas.
📷 Ranishka Kumarage