Legss - Fester EP

El EP debut de Legss para The state51 Conspiracy, "Fester", lleva al cuarteto de Londres a otro nivel de composición, predominando en él lo terrenal dentro de ese abismo vertido antes y después de los hechos que aquí se conjugan en pasado, centrándose 'Motto' en un piano al viento y una suavidad voluptuosa, las cuales casan con un presentación al uso exonerada del desconcierto del que recela, resucitando su idiosincrasia en 'The Landlord', donde sale a la luz un rock añejo junto con el punk vocal, para descubrir unas intenciones que estallan y vuelven a apagarse, así sucesivamente hasta que empiezan de cero una y otra vez, para no convertirse en un trailer de esa depresión que implora instrumentalmente una explicación sonora, recibiendo la conjura de unos black midi a los que no son ajenos, produciéndose explosiones volcánicas cuya lava está conformada por garage y metal corrosivo.

Incluso con la letanía desacelerada de su final y el inicio del tema que da nombre al álbum, Ned Green (voz y guitarra), Max Oliver (guitarra), Jake Martin (bajo) y Louis Grace (batería, piano), se hace patente el destello del universo de Elias Bender Rønnenfelt (Iceage, Marching Church), marcando dicho estilo a fuego la frialdad de sus pensamientos y la calidez sublevada de sus acciones, dominadas estas últimas por riffs violentos y el sabor de la sangre que desprenden, dejando que el mensaje fluya antes de la rabia, descontrolada por entre sus dedos mientras cae a los infiernos de un fuzz de pernoctaciones modeladas a instancias de las tragedias, recelo que sale a la luz en 'Sister, Brother', cuyo tempo a destiempo y cielo cubierto de nubarrones, desarrollan una oscuridad construida a base de noise bienaventurado de una carga familiar que se desprende aquí y en 'Daddy There's Sand In The Sandwiches', compartiendo ambas un tormento terraplanista, mecido por la sombra de esa balada creciente que les hace perder definitivamente la cabeza a través de una brutalidad natural acolchada por las bajas frecuencias, descargando su ira 'Atlantic Road' sobre un paraíso preconcebido donde la claridad moral es auspiciada por King Krule.


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