Después de enseñarnos O. con su primer single que el jazz experimental tiene cabida en esto del underground, su EP debut, "Slice", via Speedy Wunderground, demuestra, desde el tema que da nombre al álbum, que su combinación con disciplinas hermandas, hace que la diversión esté más que asegurada, con Joseph inculcando un subversivismo en el que Tash pone el orden militar, golpe maestro a base de canalizaciones que les llevan por derroteros garageros, no así 'Moon', cuyo leitmotiv abraza el oscurantismo y la cadencia, como forma de manipulación recesiva en la que la mentalidad de tiburón es el detonante perfecto para llevarse el gato al agua, haciéndose indispensable el caos sonoro dentro de ese mundo animal de fantasía que dibujan en el aire, dominando por momentos la psicodelia para hacerlo todo más abstracto si cabe.
'Grouchy' revela un dogma hacia un headbanging impresionista que cae al pelo de los buenos metaleros, rizando el rizo a base del patriotismo sulfatado de Woodstock del 69, creándose un espejismo fílmico con el que implorar clemenencia antes de que los ataques de hardcore encubiertos por el lo-fi, se repitan en su subconsciente una y otra vez, siendo 'ATM' el resultado de esta práctica aleatoria, mostrando una demencia alucinógena que captura perfectamente su rabia, la cual sacan a relucir para acometer atrocidades casi punteadas por la razón, más que por el corazón, ya que si fuera por este último, todo sería un atraco a mano armada en el que no habría ningún momento de desconexión corporal en el mosh pit formado.