Los irlandeses Nerves hacen notar su procedencia en su EP debut "Glórach", via Blowtorch Records, añadiendo a la grabación y coproducción del álbum a uno de sus compatriotas más venerados, Daniel Fox (Gilla Band), destripándose así sus entresijos, no con 'Iarthar', debido a su condición de vacío instrumental, aunque su lírica nos da buenos consejos para disfrutar del show, aportando una oscuridad que no le viene nada mal a 'Empty', donde el trío torna la cara para dejar salir a flote a su Mr. Hyde, blandiendo así las cuerdas una electrificación perpetua de industrialidad y post-rock, enrarecidos ambos por el grunge que transpira, evacuando todos los prejuicios al volver a caer en su trampa una segunda vez, haciéndonoslo saber al aumentar la intensidad y las distorsiones, jugando en otra 'Leigue' al glorificar los golpes de realidad con una psicodelia psicológicamente apartada flagrantemente del flower power, cayendo a los infernos del post-punk más catártico para darnos una dosis de venganza desatada, la cual ya es del todo perjudicial para su salud mental.
'Thirteen' se relaja desconectándose brevemente de la electricidad que recorre su cuerpo, manando un rock que todavía tiene mucha bilis por escupir, disrupción panorámica de un homenaje a Linkin Park, iluminándoles la cara las luces de los estadios por los que transitan al hacerles de teloneros, momento estroboscópico con el que 'Scread Mé' y 'Porcelain', ponen de manifiesto que sí tienen un Dr. Jekyll, aunque en esta segunda, los ramalazos de su venom particular empiezan a ganar de nuevo la partida, conectando 'An Nead' a todos a esta corriente como un mantra, cuya dulzura de crematorio emplaza a 'Enclosed' a salir de entre los muertos a través de una experimentación que barre toda la flora frecuencial para poner sus acúleos, que no espinas, a nuestro servicio.