LCC - d/evolution

LCC, LasCasiCasiotone o en definitiva, Ana y Uge, llevan en esto de la música unos cuatro años, con un primer EP al que llamaron "Polar Bears Are Coming", a través del cual dieron buena cuenta de la complejidad de ese mundo en el que las estructuras se conjugan entre sí y que dos años después alcanzan su cenit en "d/evolution".
La luz de 'Chróma' aparece en simbiosis con la vida, la cual comienza esplendorosa, con una energía que poco a poco se va debilitando debido a los golpes que va sufriendo, hasta dar de bruces con sus propias cenizas, de las que parece surgir 'Quarz', o quizá sea el principio de todo, donde hay que dejarse llevar por los paisajes de los que uno se siente reflejado así como las señales que orientan nuestro camino a través de un sonido sintético e industrial carente de sentimiento, en el que su fluidez es la base de la repetición.
La opresión se hace patente en 'Kýpros' donde ese ademán continuista intenta desdibujar lo construido, el cual se manifiesta golpeándonos salvajemente a través de 'Calx', que nos hace despertar de ese letargo en el que estábamos inmersos que nos hacía creer que todo iba a permanecer en su sitio tal y como lo conocemos. La química de los elementos reacciona de forma exotérmica lo que va generando una vida orgánica e hipnótica que se abraza a los cantos de sirena de 'Adámas', que invitan a la exploración, a romper las fronteras de lo conocido, impulsado por la percusión del momento con un sentimiento de invencibilidad que se tambalea hasta perder el equilibrio.
Se da la mano con 'Graphein', la cual quiere pulir las aristas de nuestro camino pero se encuentra de frente con la oscuridad. La calma construida previamente se va quedando atrás para abrazar al nerviosismo de de la tormenta que se nos viene encima. No hay un digno porvenir. Nuestro grito es imperceptible, así que ante la ausencia de respuesta, decidimos alejarnos llevados por la corriente.
Sintiendo que ya no hay vida, 'Titan' nos tambalea, arrastrándonos hasta una segunda oportunidad, donde el corazón va recobrando el pulso a medida que hacemos lo propio con la conciencia, pero el sufrimiento vivido se reproduce ante nuestros ojos y huir hacia la salvación sin mirar atrás se convierte en prioridad. El pensamiento es más fuerte que la realidad, pero el miedo nos ciega hasta que sin escapatoria, decidimos hacer efectiva nuestra muerte, más conocida como 'Silex',  en donde los últimos latidos de nuestro corazón se juntan con el griterío externo que vela por nosotros, cuando la realidad que nadie quiere ver es que el final ya está escrito.