Tras el single 'Springful'/'Am Gone', el cuarteto de clase avanzada en esto del pop de tintes románticos publica su debut en largo girando todo en torno al registro de su vocalista, y bajo su propio sello, Spare Thought.
Fue descubrirlos en enero y quedarme prendado del pop experimental que componen Harry, Tim, Tom y Steve y sobre todo, del enorme registro de su cantante (Harry) es el que de verdad saca a flote a la banda.
Y lo demuestran desde que 'Hum' se apodera de nuestros oídos. La melancolía abre el abanico de sentimientos aquí asentados, mezclándose con la simplicidad de su instrumentación con esa voz evocadora que tanto los acerca a Grizzly Bear.
'Am Gone' no entiende de graves, agudos o falsetes, así que deja que todos a coro tarareen con monosílabos por encima de la guitarra, haciendo marca de la casa el ponerse al frente a pesar de que las cuerdas estén en pie de guerra por ello. Nos vamos de ella con un toque Björk para que 'Springful' nos traslade hasta Alt-J. Le electrónica es la única que no se ve arrastrada por esa caída constante en forma de tristeza que llega hasta 'Donne Tongue', está si cabe llevándose la palma. Corte muy clásico que no los ciega a la hora de buscarse distintas compañeras de viaje para llegar a abrazar el jazz.
Cada canción es una obra en sí misma, diferente a las demás aunque compartan elementos comunes o muestren su cara más folk como 'Pigeon Skulls'. Intimista y con la sensación de que si no hubiera nada de instrumentación detrás, la experiencia sería la misma. Que es lo que pasa también con 'Spook', la cual podría contar con Ólafur Arnalds al piano y a nadie le parecería raro. Ni siquiera que el propio Ólafur acabara en la jam sincronizada que da la bienvenida a 'Idiot Mantra'.
Un ritual africano para dar la bienvenida al caos instrumental, en donde la tribu, contando entre sus filas con guitarra española y las palmas, meten en trance a su brujo, el cual pierde incluso la percepción de lo que acontece a su alrededor, siendo 'Be A Girl' la que nos devuelva a nuestros Adult Jazz de siempre, con esas palmas que se vuelven a manifestar levemente de nuevo mientras una marcha militar toma el control, que baja la guardia de 'Bonedigger' y la vuelve melancólica como en los orígenes, sintiéndose en la obligación de echar la mirada a todo lo acontecido anteriormente, tomar lo mejor de ello, acercarse hasta How To Dress Well y mimetizarse con el oyente para darle el último adiós a “Gist Is”.