Brooklyn es una ciudad tan grande que en el mismo día uno puede enamorarse del dreamo de Teen Body y caer rendido a los encantos del rock'n'roll Honey, y es que el trío estadounidense factura un álbum debut al que enseguida se le coge el gustillo gracias a un sonido poderoso y decadente a la vez, cautivando así al sello Wharf Cat Records, culpable de publicar uno de los discos del año.
La primera culpable es 'Monk', trasladando al oyente a los 70's y al inicio de la serie Vinyl, es decir, un sonido intenso y electrificado de cuerdas al cuadrado, con Cory y Dan conectando al micrófono con una reverb final de estribillo como la utilizada por Peter Hook en sus últimos directos, a lo que, pareciéndoles poco, y enmarañados por un garage fuzzero, añaden una rabia psicodélica que alcanza el viaje de ácido de 'Taking A Ride', abandonando esta buena causa en detrimento de un muro de ruido infernal que muestra su capacidad demoledora con la que cualquier edificio se vendría abajo, indicando el camino hacia el diablo, manifestándose en 'Comes Down', donde somete a los riffs psicodélicos al son de la batería de William, insistiendo en su idea pagana las veces que haga falta para que el mundanal ruido haga el efecto deseado.
Si alguien pensaba que a estas alturas iban a bajar la guardia, 'Born' se muestra a la desesperada, enfatizando con las guitarras envenenadas por METZ, cuya ponzoña viste todo de negro y los vocales se muestran incongruentes, ahondando 'White Noise' en la herida, impregnando el rango frecuencial auditivo con una energía tal que parece que de un momento a otro van a poder demostrar la teoría del Big Bang, como si ocurre 'MFLH'.
'White City', sabedora de su final, agita la escena con un riff revolucionario que vuelve a arrastrarnos hacia su universo selvático, de vocales Sleaford Mods, para que por una vez, y sin que sirva de precedentes, el mensaje no sea cegado por lo eléctrico de su instrumentación, aunque la jam session final hace que rápidamente esto se olvide, ensalzándolos como los asesinos de guante blanco de caos sonoro que representan.