Bad Breeding - Divide

Stevenage se ha puesto de moda por Bad Breeding, los cuales agitan una escena en la que parecen estar solos, pero viendo la cantidad de temas y la calidad de los mismos, les sobra cualquiera que pase por allí, quedando demostrado con "Divide", su segundo álbum de estudio y primero que publican con sello, Iron Lung Records / La Vida Es Un Mus, ya que su álbum debut homónimo fue autoeditado.

'Whip Hand' abre con el final de un vinilo que se ha quedado atascado en su parte más pianística, lo que provoca una rayadura en Matt, Charlie y Ashlea, los cuales, sin previo aviso, tiran por la borda un sonido de mierda para volver a su esencia, con un Christopher desatado en sus vocales por la gracia y obra de sus compañeros, con un pitido constante de altas frecuencias que aunque parece no querer, permite el despliegue de las fuerzas armadas que son sus instrumentos, provocando que hasta se persone la policía, lo que les motiva aún más para dejar inconsciente al que ose sublevarse en su estado más catatónico, ni siquiera 'Anamnesis', y su amalgama de ruido con la que intenta gobernar un terreno que no quiere ser mancillado, puede toserla, observando desde lo alto como sus fieles, voz y voto de los coros, obedecen a sus pretensiones como sobrevivientes de la matanza, dándoles una mínima tregua con la que los ingleses saborean las mieles de un triunfo, que se consagra con una nueva ración de hardcore humeante dedicada a todo aquel que todavía queda en pie.

'Loss' responde al impulso de tocar con o sin público, ya que son ellos mismos los primeros que deben ser agasajados por su propia música, de ahí el maltrato continuo a sus instrumentos, sacándoles brillo a base de pulir las cuerdas en solitario o en conjunto, todo para mantener el honor de METZ intacto, lo que les lleva a pasarse de rosca y meterse en un viaje intergaláctico, financiado gracias a 'Interlude' e 'Interlude 2', observando los restos del universo tras su paso, denotando la falta de apego por la vida junto con un derroche cordal lúgubre a más no poder, que consigue que, cuando se les acaba el duro, se topen de morros contra el mismo asfalto duro en el que se encontraban cuando empezaron su trayecto, pero con los recuerdos intactos de lo visto, sin ganas de nada parecido a 'Leaving' la vida loca, recreando al micrófono un odio cercano al de Show Me The Body, acelerándose de tal manera sus reminiscencias, que deben tragarse su propio vómito, regurgitarlo y volverlo a echar, dejando todo a su alrededor hecho un asco, con el miedo metido en su propio cuerpo y en el de quien no esté preparado para tal espectáculo de energías para nada renovables, ya que están más cercanos de saltar los plomos que nunca, preguntándose eso de y ahora qué?, enseñándole 'The More The Merrier' la única respuesta posible, esa que acentúa aún más la rabia contra ellos mismos, empezando a corroerles lo que va ocurriendo a su alrededor, y es que la experiencia es un grado...que se pone muy en su contra desde el principio.

Sin tiempo para acomodarse a su nuevo yo, 'Entrenched' estalla por cada rincón del estudio, intratable en sus modos, pidiendo ayuda de forma desesperada, sin recibirla hasta su muerte cerebral, con una 'Death', que lejos de llorar su fallecimiento, facilita su resucitación, preocupándose junto con 'Endless Impossibility' por la tonificación de sus músculos y recuperar la línea que los ha caracterizado a lo largo de estos años, rindiendo pleitesía al dios de la industrialización alias Girl Band, en un final de infarto no apto para aquello que sufren cardiopatía alguna o epilepsia sonora.


Foto de Nick Sayers Photography