L.A. WITCH

Las chicas de California tienen historia y la han hecho llamarse L.A. WITCH, y se remonta a 2012 y en formato cuarteto, donde Sade Sanchez (voz y guitarra), Irita Pai (bajo), Diana Diaz (guitarra rítmica) y Crystal Nava (batería) ponían sus nombres de manifiesto con la versión demo de 'Your Ways', una balada rockera de vocales punk cuasi escondidos, en donde las cuerdas están por la labor de volver a los 50's que instrumentalmente se transmiten a través de unos The Parrots o de Iguana Death Cult pero enalteciendo el ambiente lo justo, con una demencia de la que los vocales de Sade se hacen eco, perdiendo completamente la visión de la realidad 'Haunting', la cual, siguiendo la misma estética que su antecesora, entorpece la difusión al micrófono por un filtrado que llora la pérdida de Diana en la banda, a la apr de encontrarse enfrascada en la mixtape prodcuida por L.A. Record llamada "Female Fronted Halloween", dando cobijo también a bandas como La Luz, Frankie Cosmos, Julia Holter o Prince Rama.

Superado el mal trago, se hacen un homenaje a ellas mismas con uno de los dos EPs que se encuentran en su haber, colándose de forma homónima y con tres temas, perdiendo la compostura en dos de ellos para recuperarla en el tercero en discordia, donde se muestran casi en acústico y en medio de una noche de verano, donde su parte cantautora se descuelga del trato garagero hasta ahora mostrado, y del que también recibe una dosis 'Kill My Baby Tonight', con un choque de trenes de las cuerdas para alimentar un fuzz que empieza a derrochar una energía que se estabiliza con su segundo EP, "Drive Your Car", presentando una sutileza mayor a la batería, obra y gracia del mayor empeño de rubricar Ellie English los platillos, la cual sustituye a Crystal, definiendo así una formación que llega hasta los días de 'Untitled', su nuevo y último single, acompañado del anuncio de su álbum debut homónimo, previsto para el 8 de Septiembre bajo el brazo de Suicide Squeeze Records (The Coathangers, AUDACITY, Guantanamo Baywatch,..).

A tenor de lo escuchado, el tema cabalga por un cielo ligeramente oscurecido por ese aliento extra de las guitarras, las cuales se cortan a propósito y con desgana, para no acariciar a los demonios de sus paisanas Death Valley Girls, donde el rock más cowgirl sigue su coreografía de cabaret al dedillo, esperando a sus ocho acompañantes, los cuales seguro se irán poniendo en boga a cuenta gotas antes de descubrirse todo el pastel.