Reptile-garage y sleaze-punk, dos etiquetas que STRANGE CAGES se han impuesto a si mismos, cumpliendo a la perfección con su cometido, alterando hasta la saciedad al más parado con el tema que da nombre a su EP debut, "The Cracks" (Vallance Records), yéndose la instrumentación por los derroteros del rodeo pero manteniendo una calma que poco a poco se va politizando, hasta el punto de que las cuerdas sean capaces de domar la estética rockera chulesca que hace que se muevan a impulsos por el escenario, vomitando, gritando en seco y dejándose llevar por las alucinaciones que el LSD provoca, dejando a su cantante tomando consejo de Lias Kaci Saoudi (Fat White Family), enganchándose 'She Sees Though' a la cola de su antecesora, reverberando los 70's al micrófono antes de padecer de stoner rock crónico, a lo cual intentan poner remedio con un fuzz adulterado por un garage eléctrico que al final ve como todo lo creado se lo lleva por delante un órgano enajenado en salirse de los cánones de la iglesia.
'Catharsis' toma esa actitud ochentera de Grease de conseguir lo imposible, sonando como una carrera de fondo que quiere acortar los tiempos drásticamente, como forma de un cambio que bebe de Ty Segall y los suyos, dejando solo al micrófono cuando los espasmos monosílabos lo poseen como si del mismísimo Elvis Presley se tratara, ayudando a este apogeo el instrumento musical armónico de teclado, el cual intenta darle al tema una actitud canalla, asomando en todo su esplendor en 'Lavasurf Lovesong', en donde y, como reza el título, el surf en formato rock corroe al espíritu visto hasta ahora, perdiendo los papeles en pos de una fiesta grandilocuente que junta a todos alrededor del fuego provocado por la instrumentación, alimentándose los vocales de un desparrame fantasmal que finaliza como si nunca hubiera roto un plato ninguno de sus tres integrantes.
'Come With Us' erige al micrófono al rockero que saldría de Peter Doherty o Alex Turner si tuvieran la actitud necesaria para igualarlo, ya que por las drogas o por la pose, no llegan al nivel que aquí se antoja, practicando una psicodelia como colofón cuando la lírica desaparece, aprovechándose de este agujero negro 'Leader Of A Cult', la cual, desde abajo, va sacando a la luz que el alcohol es el mejor consejero cuando las penas afloran alrededor de uno mismo, sintiendo el éxtasis de su libertad cuando se combina con un fuzz de cuerdas sobresaltadas por el momento, viniéndose tan arriba, que la caída que provocan la desintegración del torbellino en el que nos han metido, deja marca en la cara, por lo que tras recoger los dientes del suelo, era de rigor que dejaran el tema con el mejor de los sabores de boca posibles.
Foto de Todd McConnochie