Hérisson Superbe

Hérisson Superbe no dice nada sino le acompaña a continuación el nombre de Simon Vouland, batería de Bad Pelicans, una de las bandas revelación de este año, apuntándose otro tanto así Simon, ahora en solitario, donde sorprende con 3 EP's, todos ellos via 1 EP Par Jour Records, y un sonido alejado del punk garagero que hace honor a su banda, centrándose el último, "Occulte Opus", en un sonido de habitación en el que los riffs de una guitarra española experimentan con las cuerdas de su guitarra eléctrica, creando un efecto que llega hasta la psicodelia con los vocales de 'Halo (part II)', abandonándolo para convertirse en el mejor cantautor del mundo, etiqueta que borra de un golpe al introducir en el mismo tema un noise que parece dejar de hacer aburrido para sí mismo lo que se estaba trayendo hasta ahora entre manos, devenir instaurado últimamente por Lingua Nada, donde él añade una regresión que acaba con el tema en alto, jugando los temas consiguientes con efectos parecidos, agrupando distintas voces e instrumentos en un harén que acaba en alto con 'Say It Ain't So', homenaje a Weezer a través a una languidez que se garagea en esos momentos donde el peso de la lírica da su pésame al amor que en ella habita.

En "La Rose" habita un dream-pop rebautizado en lo-fi que tira mucho de su lengua romance natal, no consiguiendo desbancar con ello ese tipiquismo que dice que los vocales suenan siempre románticos, aunque por detrás le pongas un ensayo lleno de cacharrería que pidan algo más de dureza, aka 'Fernando', dando 'Lucas' y 'Zoé' una versión que se aleja de la amabilidad vista en el primer tema, no obstante en su fondo más olvidado, ambos conservan su encanto en la instrumentación, lo que choca con el primer paso dado en "La Jonquille", o sea en 'L'Aligator', que basa su estrategia en una voz aduladora que lo era todo, con un porte clásico de seriedad y desdoblamiento incluído, hasta eregirse en musa del convencionalismo, dejando que el resto de temas que le acompañan descuiden hasta el último detalle hasta abrazar el enjambre de abejas sonora con el que enamoran.