Ojito con Mujeres Podridas, que ponen en bandeja un punk que en "Sobredosis", su EP debut, luce lustroso a la par que desprende un calor infernal tal, que uno necesita agarrarse a la silla ante el tema que da nombre al disco, debido al desmadre vocal de Dru Molina y ese sonido que le cubre las espaldas gracias a su propia furia, garage, fuzz y noise, saltándose las normas una psicodelia que crece y decrece frecuencialmente a su gusto, pero solamente cuando el micrófono se encuentra sin aliento, no atreviéndose a hacer su aparición en los inicios de 'Misterio Planeta', aunque si lo hace el fuzz, variante que muestra la insaciabilidad del trío de Austin, lo que da pie a que la reverberación vocal se extienda a través de un rock que circunscribe terror y pasión al mismo tiempo.
Su peregrinación por la oscuridad llega a 'Odio La Sociedad' con un subidón de speed que se encarama en el loop cordal bajinal, y fantasmea a la vez con Dru, yéndose de madre con unos Oh Sees casi irreconocibles en algunos puntos fuertes en esa animadversión que gasta la banda y que ya empieza a ser una característica muy suya, al igual que podrían serlo las alucinaciones con las que 'Golpe Tras Golpe (Desechables)' abre el telón, cortando el aire de su propio paso y el de la industrialidad que cabalga a su lado, recordando con ello a Sheer Mag, activando con ello un pogo que aulla a los mil males mientras su derredor se va llenando de sangre precisamente no animal.