El EP debut, "Being Earnest", de la reformada banda de Nueva Zelanda, Goya, con Lucas Donnell al micrófono y a la guitarra, Jonathan Shirley al bajo y Frazer Charlton a la batería, descargan su ira en 'A Low Hill' de manera muy particular, ya que mientras la instrumentación reverbera un shoegaze stonerado enfurecido con el medio ambiente auditivo, el cantante deja que el pop británico corra por los altavoces de manera natural, sin ocultar sus intenciones en ningún momento, eso sí, adaptándose los unos a los otros para que la parte soñadora del último tenga algo de protagonismo antes de que los riffs vuelvan a oscurecer el día y la noche, mortificando al unísono cualquier esperanza de renacimiento de una 'Missing', que vuelca su ímpetu en no caer al vacío mientras el grunge rockea sus espasmos en el escenario, cediendo a sus pretensiones cuando el garage distorsiona la verdadera realidad, esa que les obliga a quedarse consigo mismos.
'Format' aplica una corrección de estilo que está destinada a crear el caos y pogos allí por donde sea escuchada, recolectando víctimas para su álbum de impetuosidades musicales en conciertos y festivales, con una tensión latente que combina los parámetros ya oídos de su dureza antológica, centrándose 'Coreflute' en masificar cualquier atisbo de terapia de choque a la que pudieran descender, participando de ello activamente unos vocales que parecían despreciados a un segundo plano, estando estos resguardados para decir lo justo y necesario, dejando que su ser se mimetice con su sonido y el de 'Pines', barra libre de aleccionamiento radical en pos del post-punk de Preoccupations, valedero de la alternativa que han tomado.