El día del tercer álbum de Preoccupations, segundo si uno es muy purista, ya que el primero lo editaron bajo el nombre de Viet Cong (antes de que la censura llegara a sus vidas), ha llegado, volviendo hacer hincapié en un post-punk que ha madurado, macerando la oscuridad en 'Espionage', la cual se llena de destellos alucinogenalmente cordales que preparan la llegada de la voz de Matt Flegel, el cual debe sobrevivir a su propia película de Tarantino, mientras empuña su bajo para luchar contra las guitarras de Daniel y Scott, y las baquetas de Mike, con los 70's como telón de fondo para intentar derrocar a un rey que sale tocado pero no hundido, volviendo con 'Decompose' a su Asia querida, y a sus elementos naturales relajantes que no paran de volver la mirada hacia la cultura azteca y sus preparativos para afrontar la danza de la lluvia con la llamada radiactiva del sinte que Scott ofrece como ofrenda, uniéndose todos a una para llevar a cabo el ritual de bits ochenteros que tiene como objetivo purificarse de cara a que ese amor lleno de pecados imposible se erija en realidad.
'Disarray' suma una ola de dream-pop con una carga emocional que extermina cualquier tono esperanzador que este pudiera contener en su lírica, culpando a terceros de los problemas que su antecesora y ella misma arrastran, y que tanto les golpean mentalmente, con el tono lo-fieado de estética añeja que visualiza de esa manera un futuro poco prometedor, tirando la toalla ya durante los nuevos tiempo por la visible 'Manipulation' que uno quiere achacar a esos actos impuros que uno comete en plenas facultades, pudiendo ser todo ello un espejismo especulativo, pero ya será demasiado tarde para buscar un 'Antidote' que quizás tampoco sea necesario, todo según como se miren las cosas, aunque se observa un leve endurecimiento de las condiciones de la vida gracias a un industrialismo que aboga por poner los puntos sobre las íes, y así dejar de estar frente a su propio muro de las lamentaciones por culpa de aquellos que se escudan tras un nick, ya que si no lo hacen, saben a lo que se atañen con ese cuadro catatónico que pierde la cobertura y es incapaz de volver a su estado natural.
El cuarteto de Calgary se ha repuesto de peores situaciones, de ahí que 'Solace' ponga la perspectiva necesaria con un son marcadamente Joy Division al que le cuesta recobrarse, no dudando en rodearlo con filigranas en forma de riffs de altas frecuencias para creerse superiores a cualquier adversidad que se les ponga por delante, con 'Doubt' rescatando los recuerdos mediante una regresión superficial que incide en ciertas obviedades con respecto a las reacciones que están teniendo, algo paranormales mirando su historial, dejando que 'Compliance' se deje llevar por el momento sin tener que decir una sola palabra que pueda agravar más su paciencia.
Foto de Alessio Boni