LUMER

Ayer bdrmm llenaba la portada del blog desde su Hull natal, dejando este espacio parar LUMER, paisanos de éstos solo geográficamente, ya que el cuarteto compuesto por la voz y el bajo de Alex Evans, Ben Jackson a la guitarra, Thom Foster al sinte y Jacob Wardle a la batería, le da más bien a eso que se llama post-punk, muy oscuro en 'Gruel', algo perfectamente válido para enlazar con ese grunge cordal de altas y bajas frecuencias que los hace mostrar la cara de Dr. Jekyll y la de Mr. Hyde, en la que una se corresponde con Bauhaus y la otra con Nirvana, no sabiendo a ciencia cierta cuál es cuál, sin decantarse 'Homicide' por ninguna, pero introduciendo unos Eagulls desquiciados que no saben como anestesiarse antes de coserse los cortes que ellos mismos se han practicados en su propia piel, los cuales manan una sangre a borbotones a través del bajo que le quitan a 'Futile' las ganas de vivir de esa manera, así que por si ella fuera, se decantaría del lado de los de Seattle, agrupándose también los vocales en sus trece de seguir este camino y defenderlo a capa y espada ante 'Pink Noise' si hace falta, la cual quiere cerrar el círculo y volver a sus finales sin pagar el debido peaje, y ahí es cuando lo tiene francamente difícil.

Su discografía incluye un EP homónimo que dió el pistoletazo de salida a todo esto, volviendo a mantenerse en el limbo estilístico, con 'Blunder' supeditando lo mejor de ambos, con una reverberación que causa más daño del que podía esperarse, influyendo esa tomadura de tiempo para encauzar el ovillo sonoro hacia un hardcore que dilata la membrana del tímpano de hasta el más precavido, enloqueciendo por ello a 'Beware Of The Natives', la cual regurgita una y otra vez la revolución de The Devils, jugando con la visión nublada que provoca el estrés post traumático de la situación, dilapidando toda su locura por la mesa de tres patas que es 'Filthy Swine', con espasmos de los putos recuerdos alojados en su cerebelo, los cuales no hacen más que entremezclarse con la dosis de realidad que les hace dudar de si lo que un día fueron todavía sigue en su interior, esperando a reactivarse cuando un nuevo álbum asome el hocico como elemento catalizador para encender de nuevo su mecha.


Foto de Nina Rdl