Liily - I Can Fool Anybody In This Town EP

Si no me falla la memoria, desde el "Gist Is" de Adult Jazz que no volvía a sentir algo especial por una voz sacada fuera del circuito punk, garagero, psicodélico o post-punkiano, siendo el culpable Dylan Nash, cantante de Liily, que deja su impronta en su EP debut "I Can Fool Anybody In This Town", via Flush Records, demostrando en 'Toro' la valía al micrófono de la que hablo, al tiempo que su equipo de reparto no se queda corto de miras, donde Sam De La Torre a la guitarra, Charlie Anastasis al bajo y Maxx Morando al mando de las baquetas, clavan un rock meteórico con llamamiento directo a FOALS, deslizándose Sam con un dream-pop caramelizado propio de DIIV cuando el estallido multicolor no se encuentra en horas decisivas, recargando una batería que aprieta para levantarse y volver a ese estado de excitación en 'The Weather', mostrando una rabia aún mayor para intentar curar con la misma medicina los síntomas de su antecesora, aunando alucinaciones patológicas y sci-fi que van ganando la partida a un ritmo diabólico de tintes metaleros que pretende hacerse con el control, así que antes de que eso pase, 'Sepulveda Basin' vuelve a la velocidad del rock más primigenio, y desde ahí, se lanzan a una carretera atestada de huecos oscuros vacíos que deben ser rellenados con un pop de miras más allá que lo que su propia definición indica.

Metidos en esa vorágine mainstream, el tema que da nombre al álbum, cotillea por una senda de armas tomar por la que parece haberse colado un activo Pete Doherty en los vocales, tirando de su subconsciente para derrocar el gospel coral que se ha formado a su alrededor, empuñando los californianos las cuerdas en alto para mirar a la cara de los que juegan en la primera división y decirles que ellos están puestos para compartir liga, azuzando 'Nine' con un ritmo cambiante para que Dylan salga de su sombra y mire a todos los desconfiados a los ojos cuando ejecuta su ritual de convencimiento, alineándose militarmente con las altas frecuencias en su cruzada para que en 'Sold' todo el mérito no recaiga en la banda de UK, siendo este hecho inevitable incluso por encima del cameo que parece ejecutar un Lenny Kravitz en estado de gracia.