Tras Luxury, Newcastle Upon Tyne suma otra nueva banda más a tener en cuenta, Waves Of Dread, cuarteto cuyo nombre radicaliza su EP debut homónimo, ya que en él, en contra de lo que uno pudiera pensar, su camino discurre entre bosques frondosos ambientales, dream-pop, shoegaze, siendo 'L.D.W.' su principal valedora, mostrándose como la reina del despiste al ejecutar una entrada centrada en iluminar con un solo foco a su cantante, pasando los minutos hasta descargar su fuerza con un muro noisero que My Bloody Valentine solo se atreverían a ejecutar desde las sombras, haciendo que la exasperación y el nerviosismo apriete como un cosmos reducido al paraíso, nutriéndose de esta performance los vocales, los cuales descubren un paraíso virgen... que no dudan en mancillar con esa tormenta de energía cuyas consecuencias se dejan notar también en 'Forevermore', a la que acompaña un rock de riffs más propios de uno de sus ídolos, J Mascis, siendo los otros dos Neil Young y Kevin Shields (Tame Impala), representados ambos aquí junto a un lo-fi que se relame las heridas del mundanal ruido que prevalece en su capa exterior, dejando así Nick, Robert y Jakko, inhabilitado el pop inicial y final en el que parecía que iba a quedar todo.
'Cold' da lo que promete, encendiendo una vela para alumbrar el caos vivido anteriormente, atragantándoseles la líbido en su pegada hacia algo más que su esencia, consiguiendo subir los plomos con la solvencia de unos riffs dream-poperos que se casan con DIIV en forma y estilos, sobreviviendo su deje garagero ante el frente comunicativo que abre en su corta vida 'Jakko Dreams', haciéndose realidad la depresión de ese deseo embutido en unos vocales que relanzan la desconexión empezada a vivir con anterioridad.
Una oleada de viejos sentimientos empiezan a aflorar en 'You, Pt. 1', por aquello de rememorar singles como 'Flying' o 'In Your Mind', los cuales son los culpables de que estemos aquí ahora, ópera prima a lo Elias Bender Rønnenfelt (Iceage), donde se declaran culpables de haber cometido ciertos crímenes de estado, dando una vuelta de tuerca más a su sonido cuando todo el mundo esperaba lo de antes, tipo Arctic Monkeys, encargándose este de los lamentos cuando aumenta su presión sanguínea al aparecer por detrás 'You, Pt. 2', trayendo consigo una navidad dolorida pero vívida en cuerpo ajeno,
con un jazz mentalista mediante, que no se muerde la lengua a la hora de alabar el dream-pop más casero y psicodélico, enmarañándose el espíritu perdido de 'Lay' en una oleada de lo-fi que surca los mares de los bajos fondos, para reencontrarse con el apogeo de unos 90's, que aprovechan para circuncidar su obra, creando una burbuja de descarga mental de una magnitud tal, que nadie es capaz de abandonarla.
📷 Stewart Hardie