Escuchar el ritmo frenético que Cutters imprime en su debut homónimo en formato 7" (publicado a través de Legless Records), hace que uno instintivamente piense en una versión lo-fi de Bad Breeding a la que no le falta un ápice de la energía de los de Stevenage, necesaria a la hora de que Al al micrófono, Tim a la guitarra, Stringer al bajo y Max a la batería, traten temas como los sentimientos que genera el ser arrastrado por el tiempo ('Chewed Up Fortune'), la malversación de fondo del gobierno ('Robo Dept Blues') y la crueldad de los fenómenos meterorológicos más adversos ('Twister'), dotando a cada uno de ellos de un rock tergiversado por el garage y el hardcore, dejando el punk social para la lírica, condenados todos a entenderse entre las diferentes sacudidas que obligan a los cuellos a quebrantarse antes de que el álbum pueda tocar tierra en su última parada, desafiando aquí la violencia extrrema gracias a la generación de un pogo que rueda en círculos, se alinea y vuelve a la carga dejando un rastro de sangre necesario para saber que su brutalidad no ha sido provocada en balde.