El hombre con cara de Antoine Griezmann y de nombre de pila Felice, es el one man band detrás de Salamirecorder, además de pertenecer a bandas como Scurf y Sausage Bunnies, proyectos en los que también mandan el garage, los 50's, los 60's, surf y punk, tal y como acentúa su EP homónimo, donde 'She Will Kill Me' también contiene egg punk y lo-fi con el que nuestro artista se siente la mar de cómodo, creando con ellos un efecto de Benny Hill en el que la caja de ritmos logra devolver todo a su velocidad normal e incluso ralentizada, algo que se da de bruces con el micrófono reverberado y un sinte, que también es el azote de 'My Hate', en la que desde una distancia cósmica, la instrumentación lucha por no desmoronarse y dar la fuerza de The Parrots a los vocales, alcanzando el estatus vandálico de estos, aunque desquitándose la etiqueta de encima cuando el punk vocal se convierte en reivindicación social, reproducibilidad con la que también coquetea 'Drive By', poniéndose aquí en primera plana esa actitud chulesca que dice esta boca es mía y lee el futuro inmediato de la juventud más rabiosa.
'Hangover' es el comienzo del fin, cabalgando fílmicamente con una soberbia instrumental que golpea con la rabia bajinal de The Coathangers, a la vez que se mete en un bucle que sube y baja, para finalmente escupir su maldad por los poros del pogo que tanto invita a practicar, generándose un consenso admirable con 'I Hate People', alevosía que transpira un caos bendecido por un noise que consiste básicamente en aporrear todo lo más fuerte posible, de lo que sale un ritmo lascivo cuya velocidad se pierde por los caminos de satanás, dejando un rastro de sangre que seguro va a ser seguido en posteriores entregas.