La mitad de PKNN, Benjamin Mace-Crosley, hace que la vida gire más despacio con su alter ego The Reality TV, proyecto que nace con la premisa de dar rienda suelta a su creatividad, la cual, a través de su single debut, 'Won't Stop Dreaming', abraza un post-punk setentero cuya parte sintética y orgánica, se acomodan más en los 80's, sensación que vuelve a retroceder una década cuando el propio artista expande sus registros por un barrido frecuencial que le empareja directamente con Lois, seduciendo con ello el sentimentalismo que arrastra una lírica basada en la esperanza y cuya respuesta inmediata es la familia, momento en el que el dream-pop-rock que sale de sus cuerdas, hace entrar en razón a esa caja de ritmos que lo ha acompañado todo este tiempo, mostrando juntos una fortaleza que el bajo por si solo no iba a conseguir, despegando con una luz propia que para apagarse, va a tener que enfrentarse a retos más difíciles que este 2020, de ahí esa segunda oleada de fuerza bajinal solo comparable a un atardecer soñador de esos que marcan una época y cuyo sabor de boca busca desde ya una reválida.
El segundo acto lleva el nombre de 'Beats' y en él, la marca de agua incandescente viste chupa de cuero, así como una soberbia volátil, la cual aprovecha su deje futurista para marcarse unos riffs soñadores con los que el de Chester, induce una visión panorámica a base de hombreras anchas, ropas multicolor, minicadenas portátiles al hombro y un juego desdoblado de su voz, cuyo loop en conjunto, desprende su amor por los mejores Depeche Mode.