John vuelve por los fueros del weird egg-punk devocorizado en el tema que da nombre al álbum, cuyas agitaciones se mueven entre R.M.F.C. y The Cool Greenhouse, dotándolo de una ironía vocal transversal llena de alteraciones lo-fi, que siguen su ritmo constante mientras las modulaciones van haciendo estragos, afectando a la sociedad, la ley y todo lo que toca de cerca al artista, insuflando una vida extra de alteraciones a su música con la psicodelia integrada de las cuerdas y un saxofón roto por la empatía que desprende, viniéndole de perlas a 'Triple J Makes The Heart Grow Sour', spoken word cuya crítica constructiva va dirigida a Triple J, medio australiano al que piden que ponga sus miras en aquellos artistas que trabajan con el equipo que pueden, los cuales, a pesar de los pesares, están volteando la escena, algo alejado de las estrellas a las que, todavía a día de hoy, se da bombo y platillo, las cuales sobresalen solamente por sus nombres, ya que además, el rock, pop y punk que practican, han pasado ya a mejor vida. Amén hermano.