R.M.F.C. - Hive Vol. 1 & 2 EP

R.M.F.C. (Rock Music Fan Club) es el proyecto en solitario de Buz Clatworthy, el cual publica sus dos EPs debut en vinilo via Erste Theke Tonträger, bajo el nombre de "Hive Vol. 1 & 2", mostrando en ellos un compendio de temas que muestran adoración por el lo-fi, abrazando el garage esotérico y el rock en 'Television', con un punk robótico en los vocales, fruto de una lírica que muestra la monitorización en línea del que osa acercarse a los contenidos que el título está dispuesto a darnos, absorbiendo unos pensamientos que, como el australiano hace, podrían valer para generar arte en su máxima expresión, dando pie a interactuar con él de la forma contraria a la que cualquiera lo haría en una 'Robot House', es decir, dejando que las cuerdas diluyan la orquestación de noise maldito en post de un rock que se sube los cuellos de la camisa y desmadrarse con tal de que su adrenalina suba como la espuma, dejando 'Connector #1' un espacio de tiempo en el que bajar las revoluciones a través de una seriedad etílica que se prolonga bajo el manto de un loop sintético, interludio necesario para que el cabreo vocal engrase su raciocinio y ataque los puntos débiles de 'Greaser' al meterse en ese terreno pantanoso hecho a imagen y semejanza de Ty Segall, Oh Sees o los mismísimos Ex-Cult, calaña que se junta en una masa de aire psicodélica cuyos humos son bajados por eso que llaman rock setentero, atacando con el stoner y la provocación, línea de bajo que sigue 'The Source', en una versión más limpia eso sí, capaz de mostrar un avance robótico de forma humanoide por la cual giran sentimientos disacordes, gracias a ese movimiento pélvico tan suyo, acercando el tema que da nombre al álbum, una versión 2.0 donde el synthpop agitado por el post-rock menos familiar, refleja el agotamiento de una regeneración cognitiva que muestra su repulsión contra el sistema.

El vol.2 viene igual de agitado que el primero, aunque aquí, Buz cuenta con ayuda en los vocales, encargándose él de la instrumentación en todo su esplendor, guitarra, bajo y batería, propagando 'The Clue' una mayor agresividad vulcanizada en el maltrato a sus instrumentos, relamiéndose con el ritmo a lo The Coathangers con el que recrean su buen hacer rockero, cayendo 'Mirror' en una suavidad más propia de la casa de la pradera, aunque sus perros guardianes saben pernoctar con los 90's a base de unos ladridos que los dejan en una posición en la que se acentúa eso de ser más irreverentes y directos, aunque si hablamos de ir de cara, mejor preguntarle a 'School', donde siguen la máxima fuera miedos, fuera analgésicos y a desgañitarse el cuello sintiendo todo el dolor posible, suponiendo cada riff un subidón que 'Mud' escoge con mimo, dejando que el lo-fi se adueñe de la vacante que ahora atañe a las las altas frecuencias, las cuales se juntan a las bajas para provocar un noise reverberado cuyo hype se encuentra en las cuerdas, las cuales inmiscuyen su poder a 'Feeder', dotándole de una oscuridad glaciar que se ve atormentada por un bajo que impulsa un roll que no tarda mucho en desaparecer del mapa y poner en su lugar un garage alienado a lo Beekeepers, con una reverb punteada cuya contraluz disipa su llama hasta agotarla.